ESPECIAL MUJERES 2020

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Revista Nยบ23 San Bernardo, Chile 2020


LA OTRA COSTILLA Dirección: Marchant Pereira # 150 OF. 1002, Providencia Santiago Fono: 22 833 46 75 Mail: contacto@laotracostilla.cl edicioneslaotracostilla@gmail.com www.laotracostilla.cl ISSN: 0719-1448 Revista literaria - Año 10 - Numero 23 Diciembre, 2020 Directora: Mónica Montero Diseño y diagramación: Marianela Vivar www.moondana.cl Toda información histórica y cultural que aparece en esta revista corresponde al archivo personal de los directores.


Revista La Otra Costilla

Nº 23 - Diciembre 2020

EVA DESNUDA Sin ser tu sol me convertí en el calor de las pieles Como primera en la tierra de tu abismo Y en los pliegues de mis carnes Te acogí taciturno y empecinado por los finales que ebullen Un volcán de tinieblas cubría las soledades remotas del paraíso-infierno Que se estacionaron en el alma Cada vez más decidor tu silencio de masculinidades La boca y la fruta han sido manjares En el paraje inhóspito de la mujer y el hombre De los paroxismos del espíritu diferenciados y complementarios Tú tal cual tú me arrojas fuera del paraíso extinto Y me quedo con el traje de Eva perdido Arrojando la imagen de musa caída fuera de mi lar infinito Y tan sola remonto vuelo desnudo amando la confabulación de un reencuentro De hombre-mujer en el amor y el deseo cómplice

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Han pasado diez años desde que el primer número de la revista La Otra Castilla viera la luz, cobijada por la casa de la cultura de San Bernardo y amparada por dos amigas que creyeron en este sueño. Un sueño sencillo sin muchas aspiraciones estéticas, unas cuantas hojas blancas dobladas a la mitad, llenas de poemas, cuentos y experiencias que cada una de las participantes nos confiaba en cada número, supe entonces que este pequeño sueño mío también era el pequeño sueño de muchas y así fuimos creando una senda por donde nos desplazamos alegres unidas por la palabra o tal vez por el silencio que crean las palabras. Cada presentación era una fiesta una fiesta que se solemnizaba en el Bar Chancho Seis, en la Casa de la Cultura de San Bernardo, en la SECH, la Cárcel de Valparaíso, la Plaza de Armas de Talagante, La Cisterna y muchos otros lugares donde nos dábamos cita para oírnos, para abrazarnos y apapacharnos. Son tantas y tantas anécdotas las que vivimos en torno a la revista, tantas las alegrías y las tristezas que durante estos 10 años hemos compartido. Son tantas, tantas las escritoras, poetas, ensayistas, gestoras culturales, las que le me apoyaron y gracias a eso, la revista se encuentre vigente. Gracias a ese cariño que en estos años me han ofrendado

de forma gratuita, son tantos los hombres que también fueron un aporte, que abrieron las puertas de sus centros culturales, de sus locales comerciales, para que presentáramos el nuevo número, para que leyéramos poesía y celebráramos el reunirnos. Quizá la peste que asola y nos confina al encierro total, al mutismo, al silencio, quizá sea esta una especie de lupa que magnifica la alegría de los días pasados. Corriendo el riesgo de caer en exageraciones, quiero agradecer estos diez años de tan grato trabajo. Creo que La Otra Costilla es una revolución, una pequeña, pero revolución, al fin y al cabo, ya que se ha mantenido por estos diez años sin contar con aportes estatales, ni municipales, (hasta ahora) ni cuenta con menciones publicitarias, ni nos valemos de entrevistas a vates literarios, ni a políticos destacados, nuestra senda es invitar a participar a todo aquel que siente que puede contar algo y que quiere compartir esa historia con los lectores, de esa forma simple se ha ido construyendo, sin aspaviento, sin querer parecerse a nada, manteniendo desde sus inicios esta simpleza ligada a las emociones y lo humano. Me demoraría años en agradecer a cada uno 3


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FUEGO CONSUMIDO/CONSUMADO de los artistas que fueron parte de la revista, los artistas plásticos que colaboraron con fotografías, grabados, pintura, ilustraciones para construir bellas portadas. Este año, por primera vez la revista recibió un FONDART y tuve la sensación de que la revista estaba grande y que había que celebrar su crecimiento. Aunque el proyecto fue prorrogado para el 2021. No quise dejar este cumpleaños para más adelante, y yendo contra la corriente quise de todas formas hacer la convocatoria Especial Mujeres, porque no quiero quedar con deuda ante las dueñas de la revista, que son todas y cada una de las y los que por todo estos años han colaborado con la revista, porque nos merecemos celebrar diez años, porque debemos alegrarnos “de su premio”, porque vamos a salir de esta peste y vamos a abrazarnos con el pretexto, de la presentación de una revista literaria.

Mónica Montero

2020 año de la peste

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Cortés

Consumimos hasta el último fuego del deseo y luego con piedras en una impostura celeste prendimos lo que quedaba hasta de las cenizas como aves de ellas mismas remontamos a otras distancias entonces la soledad le abrió un hueco negro a los espacios que habitamos y ya no más de fuego, piedras y pieles se acomodó el frio eterno en las comisuras de los brazos y en los pliegues de la embestida piel de antaño

ALAS DESTERRADAS Las aves surcaron este cielo trayendo lluvias de fuego entonces las alas tuvieron cielo para emprender la travesía contradictoriamente un viento empecinado nos derribó el vuelo y caímos en la confusa noción de ser ángeles-pájaros caídos ahora comiendo tierra, rasguñando polvos de miseria en la intemperie de la caída nostalgeamos esos arrojos de coraje apasionado ahora somos huesos y plumas derretidos por el espanto de la tierra

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Cortés Marcela Cortés (1977) Viñamarina, de profesión Profesora de Castellano y Licenciada en Educación, titulada en Universidad de Playa Ancha. Se autodenomina sobreviviente al marasmo de la frialdad posmoderna y mujer feminista, que encuadra en su poética la voz de la mujer desde sus sentimientos y deseos, apropiándose de su mundo interior y exteriorizando la raíz de lo femenino que como motivo aspira a la construcción de una identidad-mujer, con las voces que preceden y nominan lo femenino por esencia, siendo portadora del empoderamiento de nominar y ser a través de la palabra. Ha realizado estudios de Postítulo en Orientación Educacional y Magister en literatura. Actualmente concluyendo estudios de Magíster en Estudios Culturales y Literarios en Universidad Católica de Valparaíso. Publicada en Antología Española “Versos desde el corazón” el año 2015, de Diversidad Literaria. Finalista de Juegos Florales de Valparaíso, año 2017, con poema “Des-conectados”. Ha publicado un libro de poemas “Sangra Etérea Piel”, con Editorial De la Gorra, con presentación en la feria Internacional del Libro de Viña del Mar, Barbones y Universidad Mayor de Santiago, feria del libro durante enero de 2019. . También ha cultivado la narrativa, obteniendo en su adolescencia primer lugar en concurso de cuentos de la Municipalidad de Viña del Mar. Actualmente se encuentra en trabajando en una próxima novela a publicar “Acosos de amor y deseo”. Donde rescata el eros desde lo femenino y las masculinidades contemporáneas. También en curso y devenir de escritura dos poemarios: “Donde hubo amor recuerdos quedan” y “Mi sangre tiene tu nombre” dedicado este último a su hija, que reúne poemas para ella en vida y después de la muerte profundamente dolorosa de su única hija. 108

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Matilde Huenchulaf Claudia Kennedy Varinia Villarroel Aurora Fuentes Mariela Ríos Ruiz-Tagle Cecilia Sandoval Peredo Ingrid Córdova Bustos Sissy Fuenzalida Mary Rogers Denny Zú Cristina Ortega Pérez Matilde Kuramil Srta Cronopio Marcela Royo Lira Florily Escobar Laura Ortiz Evie Castro Romero Paulina Correa Lilia Hernández Vergara Nelly Salas Vargas Begoña Suazo Ana Rosa Bustamante Morales Keit Matus Adeviki Prem Mónica Tapia Espinoza Alicia Dauvin Solar Elizabeth de Lourdes Marcela Cortés

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Huenchulaf Ha participado en: Encuentro internacional de poetas GRITO DE MUJER Valparaíso 2016 Agrupación Literaria Regional ALIRE Villa Alemana.

de Lourdes

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SUPLENTE Automatismo es que tus características busquen en mí provocar el rechazo. Las posibilidades del saber, distinguiendo en la apariencia orgullo propio, o, torpeza de lo ajeno. Mezclar tanta posibilidad inútil en lo identificable.

De: Ensayo de lo Indefenso, 1999

Antología Uniendo Voces en el Verso The Cove, Rincón Internacional Miami 2016 Antología Arcoíris de poemas y cuentos de Alire Encuentro internacional Horizonte Poético Sin Frontera, cerro Navia 2018 Agrupación Cultural Odisea De Las Artes Peñaflor 2018, encuentro internacional. II Congreso Latinoamericano de Escritores y Poetas Uniendo Fronteras Cochabamba Bolivia febrero 2020 (recibe el galardón Cristo de la Concordia)

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Huenchulaf

de Lourdes JUEGO E INOCENCIA No deseo comportarme en acuerdo a lo público. Hare de manera utópica los silencios. Reducirlos por mitomanías de que sigue el juego y de que atardece todos los días. Vengo contando oportunidades de un orden, es vuestra causa la más intensa. Siga la belleza prestando cada viaje y abuso de confianza. Podría existir alguna circunstancia que me transgreda. Serían los pasados de cada nota y su reflexión continua. Objeto de cine todo dese, aún la pesadez de sr descanso. Si logra identificarme, asumirá los aciertos, errores, librerías, tomos. Manera de ser, nunca suficientes, no alcanza el tiempo de tamaña Estupidez. Se ven los trazos bruscos del pincel que omite. Vendrán a mi puerta las medidas exactas del Aura. Ya que asumieron mis pies el logo eterno y Acostumbrado. Tanto ser incluso dentro de mí, tanta cada centímetro me desconoce y vuelvo a Repetir. Estoy aquí, recibiendo el daño de otro. Un trabajo mediocre. 106

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CORAJE DE PANTERA En el pensamiento de una niña se tejen sueños… ilusiones de princesa. Superando desde la infancia adversidades en la madeja de la existencia, Enredada en el vendaval de cada día. Cuantas veces fuimos violentadas en la ira verbal, En el silencio penumbroso, Con el llanto reprimido…mas el miedo paralizante. De mirada inquisitiva, superando la agresión sexual o psicológica Bajo amenaza de un saco de escroto, Convertida en mujeres de glúteos y senos turgentes, Enderezando la cabeza, dando la cara a un mundo idealizado. Con altivez de reina y coraje de pantera Para defender con dientes y uñas a sus cachorros… Superando con abismante resiliencia las vicisitudes de tiempos esquivos, Levantando las pupilas con destellos de luz. Nunca más seremos sombras, solo seremos sol… Tocando el cosmos con la palma de las manos, Con los pies en la tierra porque somos vida, Amor insuperable de luna llena, de coloridas flores Que crecen en terrenos áridos, De oruga a crisálida, de crisálida a mariposa a punto de eclosionar Abriendo las alas de libertad que te da la oportunidad de ser cada día mejor. Ver las estrellas titilar, porque hay un cielo que nos abraza Llevando en el espíritu, el arquetipo de las mujeres salvajes, valientes Que habita en cada una de nosotras, Que nos levantamos, aunque estemos hechas pedazo…Nos arropamos con el mejor vestido, calzando zapatos de tacones, Guardando las penas en la cartera, Porque vivir es un arte… existir es divino… Descubriendo que la vida era inocente Y no conspira en contra de ninguna mujer.

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Señor: El mar era para mí, amante de hondos arrecifes y… ya nada será igual, aunque amanezca… La Tierra ha perdido sus aliños y sus aromas; ni el mar huele a yodo ni las algas a sal cicatrizante, ni los espinos estallan sus vainas por el aire. ¡Parecen salitrones! ¡Estallidos infernales! ¡Ay, Cómo extraño la fútil mudanza de la edad! Los eneros y febreros, los veranos en el campo, atrapando con mi delantal las flores del tilo que caían igual que vilanos flotando por el aire. Girando alrededor del Cielo para atrapar al Sol en mi alocada circunvalación. ¿Alguien recuerda, cosechar del tilo, la expectorante fragancia de sus flores? ¡Oh, Señor, ¡extraño la grave levedad del tiempo! La Vida a pasos, a pasitos pasando… Y pasaba en el silencio de la tarde a través de la ventana, mientras las arañas entre las cortinas del manzano enhebraban las agujas en el telar de gancho en gancho, anudando la misma trama que saben de memoria. En cada nudo que embozalan tejen el diseño de su ADN. ¡Ay, cómo extraño lo que tuve: El extraño movimiento de las Letras. El Ritmo de la puntuación en mi escritura. Y el compás del tiempo en la acción exótica del Verbo. ¡Señor, Aunque del otro extremo esté La Muerte predispuesta ¡Sostenme aquí…sostenme hasta el próximo verano!

*falleba: candado carcelero con 4 o 5 candados*

Matilde Huenchulaf.

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RUEGO

05/07/2020

Señor: Abre tus anchas alas y acógenos, cómo se adormila un pichón ovillado en tu edredón de suaves plumas. Como cabe en tu abrazo todo el Universo. ¡Sostennos ahí! Mientras el covid-19 disemina el veneno por toda La Humanidad a tan disposición de La Muerte, y, aunque Dios no demuestre la finitud de sus señales: ¡Sostennos ahí! 75 es la clave del candado que abre la *falleba y 150 los días de rigurosa cuarentena. Ya es otoño y he perdido el último verano, y sol que centellaba entre las enredaderas de la buganvilla… Hoy, los días se han quedado en el silencio de la lluvia, nadie viene, ni yo me contesto: ¡buenos días! Si la esperanza del sabio es permanecer despierto: ¿En dónde reencontrar la huella del tiempo que choca trizando meses y semanas?

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NAHUELBUTA Que corran las aguas de los cerros En recuperación de la cordillera del nahuelbuta En dirección hacia un océano de luz, Fuerza cósmica ancestral Salve de la sobre explotación a nuestra naturaleza nativa, Resguardando su fauna, ríos… “no más negocios transnacionales” Ni estrategia de pacificación engañosa Recurriendo a la violencia explicita Intensificando los despojos con persecución agresiva Sobre el pueblo Mapuche Que fue depositado por chaw genechen en este paraíso terrenal Por la reivindicación de los derechos a punta de balas y tanques blindados Queriendo acallar los reclamos de un pueblo que exige lo que les pertenece… Colosales bosques nativos templados Hoy son registro histórico de una invaluable biodiversidad Animal y vegetal. Sucumbió en callados lamentos ante el dominio avasallador De lobos depredadores con sus mentes obnubiladas Por las riquezas de suelos… Aniquilando, destruyendo nuestra tierra, Que nos sostiene en sus brazos bondadosos, La gente de la tierra está amenazada de muerte, Sobreviven en agonizante resistencia Luchando en desventaja Mientras el cultrún desangrado Clama en honor a los waychafe, Mártires caídos en defensa de sus tierras y cultura Somos robles de corteza fuerte, la raíz está intacta Volverán a florecer con más fuerza Exijo libertad y autonomía para nuestro pueblo Que nadie ponga freno a los pensamientos Que salen a raudales en aguas transparentes… ¡Viva la nación mapuche! Abrazo el dolor y la historia.

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NUBE VIOLÁCEA Ráfagas de viento van soltando hojas muertas de un árbol de otoño Luego llegara la bella primavera en flor, De pétalos sutiles… Las abejas y mariposas se posarán en las amapolas Lirios y yerberas dejando atrás los días nubosos Y en las copas de un jacaranda Una alondra canturreando melodías de amor, Hasta encontrar los besos perdidos en el tiempo Que cuelga en el borde de nubes violáceas, Entre sueños vividos y sonetos callados. Siguiendo el camino alumbrado de faroles dando luz a la sombra A ver si encuentra la expresión mojada Reflejada en una burbuja de agua, Dejando el balcón del corazón abierto al amor del ruiseñor. De alegría florece el almendro De amor florece el jazmín y se hace miel en un día de sol. Quizás algún día encontremos el lugar Donde los sueños y la realidad coincidan Como dos gotas de rocío en esta vida efímera y eterna Y más allá de tus ojos Arderán los crepúsculos en el fuego del amanecer.

Dauvin Solar

MATILDE HUENCHULAF.

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Pero Ayer, me pareció extraño este cansancio extranjero, mientras giraba como minutero de un reloj, no lograba desde aquí, ver en el letrero, el nombre de la calle. Merodeando y a medio girar, girando, me senté a esperar, por si en este dale que dale al carrusel, pasaba ante mi puerta, o en alguna vueltecita, llegabas tú. Por el agotamiento pensé que daba vueltas por el mundo sin pasaporte ni fronteras. No te preocupes, aunque el tiempo no pasa en vano, no desanimo. Ayer casi al amanecer, más temprano que nunca, me detuve bajo uno de los Puentes de Madison, para beberme unos buenos sorbos de agua fresca y recobrar el aliento. Un par de tramos más adelante, la brisa de la tarde, entre los aromos era tan agradable, que decidí descender por el camino hasta el Jardín de las Rosas, en Champs Elysée, pero al final de la noche, ya casi exhausta, me tendí a orillas del Sena para enviarte un barquito de papel, mientras mis pies descansaban con la suave pleamar. No hace mucho, recuerdo que solíamos ir con nuestra pequeñita a jugar a las escondidas y al tugar tugar entre los árboles de la plaza… O, le dábamos con gusto a las palabras y al cariño en cualquier rinconcito de la ciudad. Y desde que te fuiste tan lejos, el tiempo ha pasado dejándome otros cansancios, (te lo cuento), ahora salgo con mi bastón y el mundo me queda demasiado grande para recorrerlo en un solo atardecer. Pero no desanimo, aún recuerdo tu dirección… Debo ser sincera, hay que decir bien las cosas, por causa de este mal olvido, no sé cuándo ni en dónde dejé mi bastón y como he recorrido tantas plazas y ciudades no recuerdo en qué país lo extravié. ¿Crees tú, que podré subir por la extremada verticalidad de la calle, hasta el final de Baldwin Street? *Baldwin Street, es la calle más empinada de Nueva Zelanda y del mundo. Por su verticalidad es Record de Guines

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Dauvin Solar

RIMEMBER WHEN? Para: Carolina y Javiera, mis perguetanas

Con frecuencia solía ir contigo a pasear por calles y plazas del barrio para despedir la tarde, como si en ese rito se nos fuera yendo el tiempo… Y se fue tan rápido, distante, más lejos. Como esta carta tuya que acabo de recibir desde Nueva Zelanda. ¿Y ahora, cómo voy a soñar contigo si vives tan lejos? Recordándote he recorrido muchas tardes y por innumerables sectores y comunas, creo llevar la delantera en esta maratón, con la sola idea, toparnos por casualidad a la vuelta de la esquina, como si el destino nos buscara. No creas que eché en saco roto tus consejos. Hago deportes, como frutas y verduras para mantenerme en forma y expectante. ¡Caminando, caminando con rigor se tonifica el cuerpo, el alma y vivo! Estoy convencida que puedo subir por la empinada cuesta de Baldwin Street, sujetándome por las ventanas, de puerta en puerta hasta encontrar tu dirección. Y sería fácil ubicar la casa por la fotografía con el rododendro que hay en tu jardín. 102

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Kennedy Claudia Kennedy M. (1985). Posee estudios de Magíster en Gestión Cultural, Universidad de Chile. 2011 -aprobado 1º año. Es Licenciada en Educación y Profesora de Enseñanza Media en Historia y Geografía, Universidad Católica Silva Henríquez 2010. Realiza estudios de Redacción 2017; Dramaturgia 2018. Es directora de www.oech.cl (Organización de Escritoras de Chile). y previamente Codirectora de la Academia de Letras de San Bernardo. Ha participado como crítica literaria/ ensayista/investigadora cultural/ locutora radial/ profesora y gestora cultural en medios escrito, digitales e instituciones públicas y privadas. — Reconocimientos: Beca Fundación Neruda -2009. Beca FONDART -Capacitación, 2011Beca FONDART -Creación Literaria, poesía, 2018Concurso Literario de San Bernardo, 2014 2º lugar, Ensayo, Concurso Literario de San Bernardo, 2018, 3º lugar, Novela Muestra de calicuentos en CAEF (español-francés) 2008. Bicente Chile BCN, muestra poética realizada en la ciudad de Barcelona, septiembre de 2010. Publicaciones: E KENNEDY, Claudia. . escritoras de San Bernardo una perspectiva crítica-feminista-radical. Ed. Petiza, 2016. (Ensayo) KENNEDY, Claudia. Ciegas Cobardías” Claudia Kennedy. 2°edición. Editorial Puerto Alegre. 2008(poesía) 11


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KENNEDY, Claudia. Ciegas Cobardías” Claudia Kennedy. Editorial La Cáfila De Valparaíso. 2004 (poesía) KENNEDY, Claudia. Ciegas Cobardías (poemas de anticipo). Claudia Kennedy. 2003 KENNEDY, Claudia. Roxana de Molina” (Dramaturgia; Lectura dramatizada en Espacio Infinito. Actrices:Natalia Gonzalorena Vallejos, Sofía Valentina Arévalo Reyes, Javiera Viollo Durán KENNEDY, Claudia. Manual de Crítica, Ensayo y Crónica Literaria. autoedición. Marzo de 2008, Santiago, Chile. pp70 Su obra en medios colectivos: Yertos (Ensayo introductorio en: Chena Antología de Poetas Contemporáneos del Maipo, vol II.) Ed. Puerto Alegre 2008; Manual de Crítica Ensayo y Crónica Literaria. Claudia Kennedy. 2008 [online] Fanzine Turba, Balmaceda 1215; Zona de Obras; Revista Nº62 (España); Por favor no concedido” poema en DVD “525 líneas” antología visual de poetas contemporáneos. Fahrenheit producciones. 2004; “La Ronda de los Animales”: Claudia Kennedy; [cortometraje] Fondart Audiovisual 2011 “Savia Nueva” Antología Sonora de la Nueva Poesía Porteña. Suda Magazine

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La vida anterior se nos impuso, se nos interpuso, nos extrovertió dispersando nuestras fuerzas segándonos y aquí vamos, descostrándonos parándonos en seco y de repente, para que solamente volvamos a querernos volvamos sernos lo que en un inicio fuimos. Es el esperanzador sonido del futuro su tenor y su latido, su compás divino.

www.Indie.cl www.Critica.cl www.Baik.cl www.Happyciclistas.cl wwwOECH.cl www.Lavquen.cl https://Poetassigloveintiuno.blogspot.com www.Redescritoresespa.com https://Antologiaenmovimiento.blogspot.com

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ESTE OTRO ESTALLIDO Así es mijito como la vida se nos quedó colgando de un respiro, en una sobredosis de ensimismamiento, aportada de la fiebre, del virus del sistema de la perversa estratagema que nos tuvo cautivos sin saturación, ni cielo. Estuvimos viviendo así puro milagro, cada vez más violentados cada vez más degradados. ¡Y fíjense que nos ha pasado! ¡Que el ojo certero del propio universo nos vio en tan mal estado tan equivocados tan imposibilitado de salvarnos por nosotros mismos que nos ha encapsulado! porque es hora de cambiar de evolucionar y de re fundarlo todo. Un peligro de muerte nos vuelve para adentro nos pone en lo intimo frente a frente, nos devuelve al útero nos devuelve al tiempo y nos pone a tiempo, juntos para transformarnos, para mejorarnos para cuestionarnos todo para recuperar el sino y el propósito de otro modo: sin los gobiernos, en familia y con los otros. 100

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I

Ser lesbiana es una política no condescendiente. Comunitaria y lasciva, demoniaca. Inapropiada, lingüísticamente corruptiva. Ajena de violencia. Contemplativa con la otra. Deseante de la otra; brígida.

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Incruenta, desaparece por la penumbra bagual de los artefactos. Suele el ortopédico sonido del hambre derramar hurto y retoque. Como un mimo re- latando el ritmo de las ancianas que colorean surcos profundos, odiando el feminismo. Encono por el rizo decolorado en la performance carnavalesca del derecho. No le atañe la marcha ni los bonos en la cárcel, prefiere reci- bir panqueques con jale, borgoña de manzana y plátano descompuesto entre las ramas de metal que arden. Gusta de los queques con THC para el viejo mercado donde se intercambian los cuerpos. Siquiera lee, pero ob- serva la burla del HD en la miopía de los olvidados. Guarda el recuerdo de un libro que cae abierto sobre una salamandra. El aroma de una cáscara de manzana mordida en canela. Talvez sólo sea yo con el ático perdido y el aliento destronado.

III Vivimos el tartamudeo de nuestros cuerpos, la pequeña muerte junto al pavoneo de los vellos que no dejaras talar de tus pezones. Pareceré una palabra parpadeante y bífida como la lengua de un colibrí. Una se quedará resistiendo la huida de los territorios; La otra, bífida, sobrevivirá … jamás.

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UN HOMBRE QUE ES POESÍA

Villarroel

TENGA PRESENTE QUE VA A ESCUPIR CENIZA Reducido al mínimo tu ya mínimo peso cabe en un bolsillo en un sombrero En una taza donde bebo tu sombra tus leves pasos tu mirada Confirmo la alquimia hay un nuevo firmamento en el lienzo donde se esparció la purpurina de tu implosión

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Si preguntan si existe un hombre con nombre, que sea poesía, yo afirmo que existe. Que lo amé y que fue mío que vive y vivía como luna en el agua. ¡Que besaba leyendo y que, siendo un chiquillo, penetraba como hombre con su sola mirada! Hoy cumple años hoy vive, hoy pide risueño, un pedazo de torta en su estilo, en silencio en su inmenso poderío, que en mi canto pervive. ¡Cumple años, amado! ¡Sigue encendiendo las luces del puerto sigue armando el concierto que yo guardo en mi alma, que aparece en mis cuerdas cuando canto tu canto de mi cerro a tu cerro con silencios de nubes con acordes que suben hasta el mar de tus ojos! ¡Porque he estado pensando porque he estado sintiendo el calor de ese niño- hombre que me amaba en silencio, que besaba leyendo, que en delirio fue siendo el orgasmo infinito, que yo siento escribiendo para un hombre inmenso!

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ORÉGANO A veces me sobra una marraqueta de la panadería de enfrente y las migas como pájaros hambrientos en las sábanas picoteando los codos.

Yo fui fiel a ese recuerdo permanezco y estremezco el fresco atardecer del Cerro Alegre esperando se celebre el rito aquel de desnudarme en la mirada ahora que eres todo un hombre. ¡Tal vez ahora no me da pavor tu beso y me robara el exceso de ternura y de deseo que así me enamorara y que me dejaba horas riéndome contigo tocando una guitarra en la lluvia y sin paraguas ahí mismo, en el paseo Yugoeslavo cuando apareció el amor vestido de hombre niño!

A veces me faltas para mirar por la ventana esas culebritas que ingeniosamente advertiste que caminaban por la fisura de ese vidrio trizado al pasar los autos por la calle. Me faltas en lo grande y lo pequeño, en lo suave y en lo áspero. En que odiaras los aliños, en que no fumaras antes de almuerzo. En el café a las siete, la arepa con huevo y jamón a las nueve, y el runrún culposo hasta mediodía. Salvo algunas modificaciones administrativas, he conseguido retomar una rutina normal, pero lo que lejos más me ha costado es volver a cocinar con orégano.

LA JAULA Con esponja y suave jabón acaricio tu espalda marcada en resbaloso abrazo contengo la debilidad de tus huesos El agua tibia alivia los espasmos de tu vientre enfermo para que rías te digo que es como una escena de lluvia en una tristísima película húngara Es breve, igual que tú, la amorosa faena y con la piel aún caliente retomamos el reposo En el techo húmedo hay una jaula demodé abierta que me recuerda que no me quedaré que no te quedarás que se acabó el tiempo que cambiaron nuestro plan 98

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PERO ME ECHÓ A VOLAR EL ALMA

ONÍRICO Los hay nítidos y a color también vaporosos de tacto pálido de bruma costera En ellos vienes de visita a veces te quedas o anuncias una larga gira Corremos a tu despedida hay abrazos presurosos en el aire te elevas como ave fugitiva y te disuelves como algodón de azúcar entre las manos de un niño que llora

PONCHO He querido contarte que cuando me da frío me arropo con tu poncho y duermo con la cara tapada para espantar a los espantos Andan pasos y susurros a mi lado pero me duermo tranquila Aquí debajo no me ven Arropada con tu poncho Aquí debajo no me ven (De Runrunes para Runrún, año 2020) VARINIA VILLAROEL 16

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No. No no me cabía en el cuerpo… ¡Pero me echo a volar el alma! cada vez que me miraba me sacudía estrellas por sus pestañas largas y me desnudaba su alba. Traía días tras días tecito de bergamota y el corazón echó una mota para arrullarse en el mío. Me cubrí de rocío con su mirada de océano y se me hacía de ébano la noche cantando juntos, ¡Nunca fue más bello el mundo que en ese otoño colorido! Yo, que desterré a cupido a los quintos infiernos, viene Dios y me regala un hombre – niño! Transparente en su voz y su mirada obsesionado en mi corpiño, en mi bello prendedor relampagueando en todo bavestrello, mi latido en su latido como un gatito en celo desatándome el fuego y el temor. ¡Pero tenía más de 20 y 20 menos de los míos! Mis amigos no querían ni ver pero los suyos me adoraban, con nosotros se juntaban a cantar bajo la lluvia y aun su magia efluvia, efluvia y me hace cantar una y otra vez. ¿Dónde estás, porteño mío, mío y bello, con ese sello indeleble, encantador de tu risa dentro mío? 97


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POR ESE INSTANTE Preciso verte. ¡sí, es necesario, ir a buscarte…y verte! Ojalá traerte. Por tenerte entero frente mío y verme en la luna llena de tus ojos penetrados en todos mis sentidos. Sin decir nada y como si nada, ser inundada del mar de tu mirada, mientras se eleva esta nueva ocasión, que solo nuestra. Solo ese instante, como una relevación de un Dios que existe, en los seres que debieron ser amantes siempre, porque siempre coexisten aun dispersos en ayeres. Pero ya te hallé. Y habras de hallarme. Un instante. Sin hacer ni decir nada. En un eclipse natural. En una cuarentena de amor inesperado. Solos, mijo. Tú, yo y el mar. El beso Entre todo el pasado y todo el mañana, de una humanidad serena y sana parida en una luz del choque de tu piel morena entrada en mi piel clara porque el ajayu declara fundar la evaluación de las razas morenas la libertad de todos los pueblos la vida nueva de los elementos en estos requiebres nuestros, chamánicos, mágicos de tu palabra plena de tu luna llena encienda, desde el fuego de mi viejo corazón de quena. 96

Fuentes Nació en Futrono. pasó su niñez en las riveras del Lago Ranco. Sus ojos quedaron para siempre impregnados de paraje, luz, aire y, sobre todo, libertad. Con todo ese brebaje a cuestas, no es de extrañar entonces que, Aurora Fuentes sea poeta. 17


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TREINTA Y CINCO AÑOS Hace treinta y cinco años te envío besos madre a través de madreselvas aéreas Los primeros besos infantiles que te envíe quedaron aplastados por el cemento civilizador encadenados en el viento hace treinta y cinco otoños no recuerdo tus besos maternales madre no sé si eran suaves como la caricia del alma no sé si eran distanciaos como la lluvia de agosto solo sé cuándo fue nuestro último adiós. Madre ahora tenemos tiempo. acúname ahora lo dejaré resguardado en el aire nocturno con un ejercito de astros.

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Tapia Espinoza IMPENSABLEMENTE TUYA Llegarán las puertas de tu nombre a ser destino aunque el tiempo abandone tu mirada entre mis alas, y volveremos a vernos en la tierra fugaz de algún camino que nos quiera de paisaje. Dejaré mi equipaje derretido entre tus dedos y nos haremos al fin de la palabra escrita, y viviremos, como la muerte misma. Te entregaré mi cuerpo claudicado en este altar de gozo que aun palpita y nos destruye que piensa y huye, precipita este barro carnal, y equivocado. Te diré que aun escucho cuando callas, cuando miras a través de mi silencio, cuando escribes en busca de palabras y yo creo todo perdido. Abriré mi boca a los instantes de tu beso cuando amaine el temporal de esta locura, y acaricio el abrigo de este cuerpo que tanto te ha querido y que vuelva a cantarte como entonces cuando éramos de musgo y de rocío. Tu Mares. 95


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Porque cuando jadea el alma y el corazón exuda no se necesita nada que no sea tibio y silencioso. Ni quiero que me mediquen que me anestesien pa´que me duela menos y se me adormezca hasta la memoria antigua esa que sabe cuándo y cómo. Que cada pujo vaya llenito de verdad porque el dolor podrá doler pero algo que no puede, no ha podido, ni podrá hacer es arrebatarme la fuerza poderosa que en mi alma se despierta ante su presencia. Esa fuerza es la que ha de llevarme hacia la cima donde la vida vuelve a brotar transformada en luz y verdad.

Adeviki Prem (De las rutas de la resurrección)

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DESDE MI CUNA Madre desde mi cuna de vellón de cardos agitaba mis tallos como las olas del río dibujando el mapa de mi solitaria vida Mis uñas rasguñaban de norte a sur buscaba tu fresco manantial cuando brotó la fiebre en el ser de tu ser entraña de tus entrañas y así mecí las últimas brisas al compa de la tertulia de tus pasos ausentes. AURORA FUENTES

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PIDO UN PARTO CON RESPETO

Ríos Ruiz-Tagle

Dejar que el dolor, como madre que gesta te abrace y confiar que… ¡en algún minuto! comenzará su trabajo de parto y que serán sus contracciones las que nos lleven hacia la luz (esa que se atisba al final del túnel)

LLUEVE Barren el cielo No terminan aún Los hombres miran Hacia arriba es nube Hacia abajo es polvo Barren la tierra Ángeles insurrectos Limpian el alma Mojan los cuerpos Respiro El humo se disipa Barren el cielo Y una niña toma la escoba espantando los temores

Un parto con respeto es lo que pido. Déjenme parirme a mí misma con dignidad. La dignidad que merece cualquier alma humana frente a los momentos límites.

VIOLETA

(A Violeta Parra)

Tienes rabia, pena, y creas Eres luz de un sólo día Caminas y deshilachas la vida No maquillas el rostro anochecido A cada cual su propia orilla Las teteras te aguardan doloridas El cielo se maldice en un rincón Tienes rabia, pena, y creas Las paredes tejen tus orgasmos Cosechas tierra de los continentes Bailaste antes de elevar anclas Ya el gavilán se devoró tu paloma Tengo, rabia, pena y vivo Porque no puedo volver a tu carpa Rescatar la daga de los misterios Y exiliarla de la gracia de tu voz 20

Nº 23 - Diciembre 2020

La dignidad me la tomo por derecho y desde ella es que pido que no me pidan que no me duela que no me pidan que no me queje que no llore que no tenga miedo que sea fuerte que se me pase luego o que al menos haga como que ya se me pasó sólo porque a cada cual le incomoda enfrentar el dolor ajeno porque desde lo ajeno siempre es convocado lo propio y el espejo tiene la facultad de hacer doler. Me vivo con libertad el que me cueste incluso respirar y que algunos días no pueda dejar de llorar declamo mi derecho a pedir una mano para apretar y un abrazo pa´ sollozar que bajen las luces y la música sea suave me permito no querer ver mucha gente o incluso no querer ver a nadie ¡porque no quiero no más!

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Sin embargo hoy la vida reclama a esa otra mujer que en mí habita esa mujer Mayúscula callada y aquietada de paso firme y sereno aliada de las montañas y los vientos Espíritu antiguo que acoge y nutre Cobija y guía. La vida te invoca para que vengas y recibas tu corona. Para que reines este valle florido de misterios, para que timonees este barco, por entre las aguas vida de este tiempo como sólo tú sabes y puedes hacerlo. Las montañas claman tu sabiduría y tu presencia y mi corazón se arrodilla y te invoca. Ante ti todo se reverencia. Ante ti la vida se devela majestuosa. Tú que conoces las coordenadas sagradas de todas las cosas y sabes tejer mundos, unir mundos, abrir caminos. Mujer/Diosa La vida entera necesita tu rezo Necesita que vengas y te hagas cargo. Y yo aquí, desde las profundidades de mi corazón levanto este canto Y así, aquí me quedo, acurrucada a mi corazón abrazada a esta plegaria preparando las frutas, las flores y los silencios para honrarte y juntas festejar este nuevo tiempo que se avecina Este tiempo que es TU TIEMPO.

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EL DESVÍO Me iré lejos y sin monedas Con blue jeans y un vaso de whisky Entre mis piernas cansadas No escucharé los ruidos de los labios Ni sonidos de esas flores muertas Que plantaron a la fuerza en mi jardín De estrellas consteladas y sufrientes Pariendo astros sin firmamentos Letras de sangre como olas del mar Enterradas en cada rincón de las esquinas Las arenas tibias de un desierto azul Piadosas acogerán mi pequeño tiempo Limpiando de vicio y basura la vida Sombras de un pasado insomne Apenadas o alegres como días nebulosos Florecerá la noche entre árboles oscuros Me iré lejos, sin monedas En un atardecer del calendario azteca Cada tribu abrazará mi sudor y lágrimas Las sonrisas, las devorarán los soles Las lunas, mis escritos y mi vientre

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18 DE SEPTIEMBRE Lejano el poeta respira soles Una prostituta regala dos billetes En Corea y Viena nadie baila Los vals están pasados de moda Un niño llora y entierra futuros La luna se ríe y devora tus días Una calle refleja toda la sombra La gloria se hunde en esa esquina Y llora Cada viajero es una gota blanca Del rocío que emana el universo A lo lejos el ladrido de los perros Me ensordece La mañana es turbia y muda Lo apaga un reggaetón en una fonda Santiago no duerme sino llueve Una leve eternidad de primavera Ciego Sordo Mudo Sin estatuas desfilan los dolores Detrás suyo vuelan las miradas Me como una empanada azul Invento una bandera multiforme Y naufrago en mi navío tembloroso

Matus

Prem

MUJER MAYÚSCULA Te escribo a ti, mi Mujer/Diosa Bella, profunda y serena. A ti, Mujer templo de mirada antigua y rotunda. Desde tu silencio que es de estrellas y de galaxias milenarias, brota toda la templanza y la sabiduría que necesito para bien vivir. Mujer agua de manantiales eternos, en la fuerza y el frescor de tus caudales necesito acompasarme. Te llamo Te invoco Ruego tu presencia ¡Te necesito! El tiempo de la doncella, princesa de bosques encantados, compañera de duendes y hadas, sonrisa de mariposa y mirada de rocío… ha concluido. Su tiempo de reinado fue extenso y profuso y sus dones plagaron cada rincón cotidiano y citadino.

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Sandoval Peredo (KallfvMawvn M.R.)

Matus Quiero que se mire el cosmos y los telescopios no miren el cielo sino también el suelo Busquen los botones en el mar ¡Siempre hembras, estado en dictadura! La memoria es como el agua y el agua tiene memoria Ollas comunes Carabineros botando el alimento, protestas en suelo, bombas y ojos menos No quiero que los telescopios, miren el cielo Sino también el suelo, el agua de algún botón desconocido Tal vez de algún vecino o un conocido. un detenido desaparecido.

(Volver a los 17) Polvo de estrellas

Nació en la Comuna de Curepto, VII Región del Maule. Padres: Romilio Sandoval y Celia Peredo; la mayor de 11 hermanos. Escribe poemas desde los diez años. Marzo 2001 ingresa al Taller “Memoria Viva” creado y dirigido por el escritor Sergio Bueno V.

“Chile y Colombia más allá de las fronteras” dirección Blanca Pineda en el año 2006.

En el año 2001 publicó su primer libro “Poemas y cuentos Mapuche”. En el año 2004 “La Historia más Bella” versos para niños, el 2005 “Voz en el Viento” poemas.

Antología “Memoria Viva” dirigida por el Profesor Sergio Bueno Venegas en el año 2008

Ha participado en las siguientes antologías: Brotes poéticos del Poniente” 2003 y “Letras del Mapocho” 2005 con el grupo Escritores de Cerro Navia

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“Despertando el Newen” el 2014 con “Grupo Newen” dirigido por M.Isidora Reyes En enero 2017 publíca el libro “Angel Tranquilo” Pronto espera editar “Cuentos en Verso” libro con el que trabaja desde hace algunos años en Colegios y Jardines Infantiles de Curepto, séptima región, donde es conocida como “Lela cuenta-cuentos” 23


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LA GAVIOTA URBANA Lluvia y más lluvia Azul y densa. diluvio sobre la Alameda. Una gaviota alborozada baila sobre charcos y espejos que se rompen salpicando de húmedas estrellas frías Y los buses como ballenas con grandes vientres repletos de resignada humanidad corren en fuga presurosa sobre ríos de cristal. Mientras el viento desmenuza Nubes y árboles desolados y las hojas caen rodando como dormidas mariposas la gaviota por la vereda esquivas olas diminutas con su cabeza gris mojada y sus alas oscurecidas. Cuando el chubasco se alejó se sacudió las viejas plumas Y luego alzó feliz el vuelo con sus recién lavados años.

Español gaviota

mapudungun cientifico kaw-kaw Larus urbana Kallfumawvn/2020

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Así veíamos las luces del puerto aspirando la sorna del mar, con la promesa certera de palabras, espinas en el cuello y la garganta, estremeciendo el cerro y la casa, la calle y esos transeúntes que nos miran con el susurro de sus pasos, las piedrecillas que el viento nos dejó, golpeando a las piernas del que bebe, y destruye su memoria, la espigada brisa del muelle en nuestra sien, su cruel intromisión.

Mi copa era un pájaro con sangre en mi cuerpo Nahui Olin aligerando el vuelo. Hasta olvidar las alas. Y yo era un viejo aullido buscando en el piso un alfiler para amarrarme a las plumas que iban quedando. Ahora se discuten las palabras para lograr la resurrección. Y fraguamos dedales donde mi boca se quemó con el vino del anfitrión en horas festivas un meteorito que aún se traga la tierra. Mi cuerpo dolor de cactus y golondrinas en cajones de calzones viejos migrando residuos y cortezas mal habidas de nacimiento en un torbellino brusco asido a tu criterio brusco y solitario tronco pintado de blanco en un paradero donde los moscos picotean agua.

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Dos mujeres en mi vida, la paz, el desespero, la ilusión, la fantasía, sus vientres dieron sangre a mi cuerpo, pero no di más que un leve sabor con esta piel que dejara entre los amigos, la música que escarbaba en mis uñas la sed, el hambre, la visión, los sentidos de la madrugada y el áspero bombo de la pampa, donde caminé descalza con las duras briznas adheridas a mis pies que escribieron por mí.

Tengo en mi estómago un dolor frecuente, una lágrima de esfinge. Y en la noche extiendo al velador mi mano temblorosa, a una cara materna. Apresurada a mis brazos no habló, nutriendo el rumor que oigo en las noches.

Enséñame le dije. Estaba frío el aire, tenía el frío de los que han dejado la respiración en las esquinas. El licor en la bruma del que oye voces y un pañuelo al cuello le abriga. Le aprieta.

Nº 23 - Diciembre 2020

LAS CODORNICES Como románica legión Rápido marcha Bajo los peumos El estupendo batallón. Con los enhiestos Penachos negros Sobre los cascos De generales Van desfilando Con gallardía Los patizambos Conquistadores De los misterios De la hondonada Y los embrujos Del quilantal. Bajan por ásperos Vericuetos Por los senderos De la quebrada, Cruje reseca La hojarasca Bajo la mínima Leve pisada De los polluelos Moteados, Lerda, mohína infantería Sin morriones ni cimeras Que a retaguardia Pía y pía.

Español - mapudungun -ciéntifico Codornis- yukuku coturnix coturnix Kallfvmawvn/2020 88

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Bustamante Morales Córdova Bustos SALOMÉ Ingrid Córdova Bustos es una poeta y narradora, nacida en Santiago de Chile, Gestora cultural, editora y organizadora del Colectivo Poético “LA GUARIDA”, grupo junto al cual realiza lecturas poéticas mensuales en distintos bares de la capital, durante los años 2013, 2014 y 2015, tratando de revivir la bohemia santiaguina. Miembro de la Sociedad de Escritores de Chile, SECH, su obra ha sido publicada en diversos medios escritos y digitales del país y del extranjero. Colabora también escribiendo artículos de opinión para medios de prensa digital sobre la contingencia político- social del país, desarrolla talleres literarios en dis26

tintos lugares de la capital, entre ellos la Sociedad de Escritores de Chile, sede Santiago y ha sido incluida en diversas antologías de poesía. Su poesía recorre, básicamente, tres derroteros: poesía social, poesía erótica, poesía feminista. Incursiona también en narrativa, a través de la crónica literaria y el microcuento. En octubre del 2016, edita su libro de poemas, “La Cueva de la Medusa”, hoy prepara la publicación de sus poemarios: “El Velo de la Catrina” y “Magma, Antología de Poesía Erótica” y de su libro de microrelatos aún sin título.

Mis ojos te han mirado siglos. Te han buscado en la montaña con el frío atroz y se quedaron dormidos. Tus huesos se encarnaron en mi piel como el origen del mundo a la noche, y soy la respuesta a tu pregunta, y lo aprovecho para sobrevivir. Tejí el rencor, porque mi madre redujo el abalorio de su falda, por los niños descalzos, a costa suya. El frío desolló sus muñecas, su lenguaje fino, y cayendo en el mercado como fruta común. Se arrimó al hueso ajeno y perdido, le habló en su idioma, y a su enemigo, le dio de comer como un pájaro al polluelo. 87


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NON GRATA

Las palabras que no vienen viento No vienen conmigo, pero contigo ráfaga en la cara. Estoy en pausa con uñas sucias limpias y sucias, lavo y hundo en pausa. Escucho perros, ladran en jauría también quiero ser un perro y si no una ceniza encendida que cayó en el terreno del frente porque viento.

PORQUE VIENTO Abril 2020 Begoña Suazo Zepeda

El silencio se lo comió todo la sensatez aliñó la agridulce posibilidad escondida bajo un elegante mantel de oscuros recuerdos en el no ser nunca nada como plato de fondo. El vino exprimido de las pieles jamás terminó de llenar el vaso, tampoco quiso vaciarlo. El vals tan anunciado de los placeres apenas alcanzó para un intermezzo. Las puertas del banquete ya estaban cerradas cuando llegué vestida con jirones, sin collar el pelo suelto, la boca sin pintar y como siempre sin invitación previa.

INSOMNIOS Las horas transcurren planas Como viejo mantel almidonado Algo se agita por aquí o por allá Con ritmo agonizante de silencios La novedad de la existencia Yace bajo rumas de papel salado Escrito apenas con estelas imprecisas. Cada día se sonroja un calendario Y esconde su rostro tras las cortinas Duermo de vez en cuando.

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RECADO AL OLIMPO No me busques, Orfeo en los rincones que mi pie aprendió a caminar en campo abierto, insolente ante el designio de los dioses vigilantes surjo desde la muerte cotidiana para vivir sin permiso y como quiera. Liberada del veneno de la pesada culpa no me asustan ni Hades ni el infierno.

EL DISTRAIDO Nunca supiste cuando cerré la puerta del imaginado futuro, el ruido de las calles que transitas alardeando tu libertad tan prisionera no permitió escuchar la despedida Hoy nos vemos por ahí cuando la casualidad quiere torcerle la mano a esa mentira que llamamos destino. sonreímos amables y hasta estrechamos los cuerpos en un cordial abrazo

Nº 23 - Diciembre 2020

He decidido pasar la temporada más cruda del año en el décimo piso de una torre que mira y es golpeada por el viento sur, amaneceres brumosos y noches prematuras. La esquina exacta del tiempo en que gritan las sirenas la urgencia de salvar los talones de minutos apisonados por la muerte, que se esconde cada vez que toca un cuerpo. Tiemblan los que quedan o ven o sienten y no por el frío, no porque remece con un nuevo ciclo. Y entre ambulancias un suspiro ¡Que no callen los necios el silencio que no tapen con flores los muertos! Ni transformen el líquido en vidrio, porque caerán más pesadas sobre las campanas de cristal las lágrimas como chuzos como toda el agua que no ha tocado esta tierra en décadas. En vano se moja el suelo estéril, pero no una a una hoja por hoja las plantas apestadas por crisálidas de muerte.

EL DÍA QUE MURIÓ HEIDDEGGER 26 mayo 2020 Begoña Suazo Zepeda

Pero aún no te enteras que un funeral se interpuso entre nosotros irremediablemente. INGRID CÓRDOVA BUSTOS 28

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Suazo

Quemo boca con palabras de ajo sembradas por mi licia do razonamiento afectivo Son demasiadas las voces que acribillan mi pequeña caja de cartón Para quién canto yo entonces, si el amén de parabienes lo tramo y descuido bajo esta luz ciega y entonces, así quedan las buenas intenciones: como amalgama de remitentes sin razón para acabar con el insomnio o un límite auto o impuesto

Para quién canto yo entonces 21 abril 2020 Begoña Suazo Zepeda 84

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Fuenzalida Sissi Loreto Fuenzalida Burgos, practica el ejercicio de la escritura creativa desde la infancia, actualmente tiene 37 años y es mamá de Cristóbal de 13 años, un adolescente que moviliza su alma, su espíritu y su amor. Durante su primera infancia conoce las primeras poesías presentes en la biblia en la escuela dominical, su maestra Cecilia Sandoval se encarga de mostrarle a ella y a más niños y niñas las historias bíblicas con muñecas de alambre y tela fabricadas por ella misma y una maqueta con el mar muerto y el desierto fabricado también por ella, con el avance de los años se reencuentran en el Taller de adulto mayor Memoria Viva SBV donde el maestro Sergio Bueno y sus participantes le ofrecen conocimiento y sabiduría durante su juventud. En 1999 obtiene 3° lugar del IV concurso de cuentos DUOC Sede

(Fotografía: León de la Paz)

Padre Alonso Ovalle, además en 2003 obtiene premio Mustakis/ Biblioteca Nacional, consistente en participar en taller de poesía dirigido por la poeta Elvira Hernández, producto del cual publica en antología de poesía joven SIC, Valente editores. Es participante del taller Gredazul fundado por Carlos Mellado, en 2018 participa en la publicación colectiva Geografías Desarraigadas, una antología poética sobre migración. En 2019 es invitada por Paulina Correa y participa en la publicación colectiva “Lecturas en la SECH”, Editorial Opalina Cartonera. Además de la fe, la familia, el trabajo secular y aprender, se dedica mucho a mostrar la obra de otras y otros autores en distintas actividades de promoción cultural. 29


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FOTOGRAMA DOLIENTE

Nº 23 - Diciembre 2020

EL JOVEN DE LA MIRADA PERDIDA

En su princesa mira Como recién parida su mano en el cepillo cosquillea y adormece su médula

Una hoguera devora la leña, Oculta se entretiene Del estío en mi ombligo Calza con los tejos y locuras,

Madre tan madre

Miles de manecitas Se aferran a la carne del alma.

Y su pecho seco de llanto Por soles alimentando vida Ella, la madre: muda y muda acaricia calma el dolor al pie de la letra grita gime maldice Siniestro cáncer Siniestros duermen a su hija Toma fotografías y guarda el tiempo en la misma caja donde reposa el primer diente de leche Madre tan madre viste acomoda toca

Sopla un viento en sentido cordillerano Arrastra al pasado del desierto Tierras de arenas y tragedias Se mecen con la ingenuidad De la hoguera. Se erige la escuelita Santa María, Como estatua en la camanchaca. Las almas de los ametrallados Aún penan por clemencia. El joven de la mirada perdida Se acerca, cabizbajo Suenan los acordes del piano. Escucha desde lejos la melodía, Se encorva en su cama Sueña con el desierto florido. Entre todos se reúnen a plantar Tres mil seiscientas cruces Con una rosa que aún sangra en el alma.

Nelly Salas/ 2017

tiernamente Su princesa yace dentro de la urna fría 30

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CUANDO NACÍ EN UNA CIUDAD (fragmento)

Llamada Santiago Los pajaritos se agruparon a ensuciar Sus patas con el polvo de la calle Constancia. Era Navidad, corrían los niños inquietos Imaginándose montar en bicicletas Las niñas jugar con muñecas traídas de Arica. Santiago viajaba en Vivaceta Matadero, La gente se miraba a los ojos llenos de perlas Se veían en todas partes lagos de esperanzas. En los patios brotaban los almendros Al florecer eran espaciosos y entretenidos Caían como copos de nieve sobre el suelo. Santiago era tierno con aspecto de joven amable No había deshechos plásticos. Las lluvias de inviernos eran copiosas. La cocina se goteaba y poníamos una olla. De mi ventana veía cisnes jugando En brazos de la cordillera. Cuando me ponía nostálgica Rodeada de mi niñez Se metía en mi corazón el azul del Pacífico. Volaban las plumas de los cóndores Los veía alejarse como niños Encorvados bajo el peso del cielo.

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LA ONCE El hogar de los peces invita, amparan en Dios sus emociones des-nombradas. Mesa, a ella invitan peces con abrazos alegóricos de familia que no se toca. Comen, mastican de maldita ira, enajenación Comen, mastican envidia Comen, mastican obsesión. Beben, tragan pesadumbre. Pesadumbre, ¿qué es pesadumbre? Es el peso de mi culpa amarrándome las manos, con cadenas de tu sombra. Comen, mastican dolor comen, mastican miedo comen, mastican resignación muerden su propio remordimiento. - “Sírvase otro poquito” degluten y mueven mandíbulas para no conversar. Desviven amor individualista fluyendo como agua dulce. No habrá agua más dulce sobre la tierra, ni leche más turbia en la pecera.

Nelly Salas/ 2014

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ADVERTENCIA El vuelo de una mariposa de crin puede causar múltiples vibraciones… Allá desprendí de mi pecho una de mis mariposas de crin la mariposa aletea dentro de su calzoncillo cabalga agitando alas sobre hoguera corpórea entre manos hilarantes yergue mástil irrigado en mi memoria aleteo incesante arranca vibraciones sonoras y más gemidos vuelan de barítono a vulva impúdico sentido

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ONÍRICA Abatida entre olas que golpean mis sienes Redimo un segundo de la vida. Muero por devolver a mi memoria La palabra inasible. Nado por latitudes nunca antes vista Quieta me quedo dormida Tras la cortina de lo desconocido. Aparezco entre la bruma sin voz Veo un cieno donde brotan lémures Resucitan entre los arbustos en desvelo Se desfiguran incitándome a escarbar La maleza acumulada en el fondo del río. En ese instante se desvanecen las imágenes Despierto tratando de apresar la última palabra Junto a la brisa del amanecer Se esfuman las imágenes del sueño. Nelly Salas 17/01/2016

SISI FUENZALIDA

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PASARÉ VOLANDO Pasaré volando montada en un tranvía. Consultaré a los vientos Si observan apuñada en un suspiro La ciudad que engendré de un sueño. Dejaré caer sobre la arena Un amuleto en cubierta chocolatada Para que me lleve hasta ella en aquel cisne Que diviso desde el Lago del imaginario. Pasaré sobre volando las olas a cierta distancia En un disfraz del anochecer bohemia. Me prenderé del primer matorral Que dé frutos en plena acera. Cabalgaré sobre las olas que resistan mi ansiedad Y cuando me aferre a la imagen de la Virgen Colgando de mi cuello, latirá inconsciente Aquella historia que no me fue contada. Cruzaré el Pacífico montada en mi sueño Divisaré las luces que me dictan secretos. Encenderé la memoria ancestral en las alturas Y recordaré que, desde algún punto geográfico, Llamado Dresden llegó a tierras chilenas mi abuelo. NELLY SALAS 07/01/2016, Navidad Ortodoxa.

Rogers Escritora, periodista y compositora. Desde la segunda mitad de los años 80 desarrolló su carrera en prensa, radio y televisión. Rostro de programas de conversación (UCV TV), espacios de música (TVN) y shows infantiles (La Red), obtuvo varios reconocimientos por su labor incluido el Premio APES, otorgado por la Asociación de Periodistas de Espectáculos. Durante más de diez años, Mary Rogers, fue jurado pre-seleccionador del Festival Internacional de Viña del Mar. Tiempo antes había comenzado a escribir canciones. Gran lectora, siempre supo que su fortaleza estaba en la comunicación y las letras. En la década del 2000, vieron la luz sus libros “Fango azul”, “Partes del juego (cuentos cortos para noches largas” y la crónica de los años ‘80 “Entre radios y medianoche”, además de “Yo soy community manager”, texto que reúne columnas escritas para el sitio Merca20.com. El año 2017 obtuvo el Fondo del Libro, el Ministerio de las Artes y las Culturas, en categoría “creatividad” con la novela juvenil “La cofradía de la luz”. El 2018 calificó para publicar su novela infantil “La casa de Kyteler” con Desastre Editorial, texto que será presentado a fin de este año y que forma parte de una saga de tres libros. Mary Rogers da talleres literarios de cuento y novela.

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MAÑANA

Por Mary Rogers G

Nací en una pequeña cabaña en el límite entre San Diego y Tijuana, justo el día en que terminó la pandemia que, por años, había azotado al planeta. Una matrona ayudó a dar a luz a mi madre quien, pese a todos los presagios de las brujas, no tuvo problemas para cumplir con la misión. Su enfermedad crónica se había mantenido a raya con el embarazo, según supimos después. Ella, una renombrada científica, se dedicó a mi cuidado y educación emocional, a la vez que buscaba la medicina para el futuro. A través de cuentos y conversaciones pude imaginar los medios de transporte y comunicación, las formas de vida de las personas y los errores de antaño. Mi padre siguió trabajando desde casa, como lo había hecho al inicio de la catástrofe, pero su labor se orientó al bien colectivo, más que a la ganancia de una empresa en particular. Conectaba personas que requerían servicios en trueque o donaciones de artículos básicos, generando las únicas cadenas efectivas con la tecnología disponible. Sin pretenderlo siquiera, consiguió que esa misma red se encargara de abastecer a

nuestra familia. Así, cada mañana encontrábamos en la puerta de entrada una botella de leche, harina, frutas y verduras, mantequilla, queso o algún huevo para el día. Nunca nos faltó nada; no necesitábamos más.

Salas Vargas

Cuando las medicinas que tomaba mamá se acabaron, hubo un tiempo de pánico en casa pero pronto recuperamos la razón y, de un día para otro, ella mejoró.

A los 6 años, pude salir y aventurarme en el bosque aledaño a nuestra casa. Desde entonces, nunca más dejé de hacerlo. Cada día, después del desayuno, me calzaba las botas de goma que papá me había fabricado con las llantas de un camión abandonado años atrás y salía a conversar con aves y animales que vivían en los alrededores de la cabaña. Amaba el verdor de plantas, arbustos y árboles; el aroma de las flores silvestres y el sonido de todo tipo de criaturas que solían vivir en el área. Pasaba horas disfrutando y luego volvía a casa a leer, escribir o dibujar lo que había visto.

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grentada .” a 40 años. Editorial I.G.D., Ediciones Ateneo San Bernardo. (2014); “La buscan con Candelas”, Colección infantil Safo (2016). El año 2019 publica su poemario “Ella vive bajo sus pies”, Ediciones Letra Clara. Además, Nelly Salas ha traducido algunos poetas, del ruso al español, tales como Serguei Esenin. A principios del año 2018 termina la traducción al ruso la obra poética de Yuri Pérez, Mala Hierba. Publicada en varias antologías: Antología del Bicentenario, 2010 junto a varios poetas de España y de Chile. Convergencia Crepuscular, 2012, Editorial SAFO. Poesía Chilena Contemporánea, Palabras II volumen, Editorial Santiago Inédito, 2019. Socia activa de la SECH desde el año 1996. PRIMERAS ACTIVIDADES ARTÍSTICAS EN LENINGRADO DESDE 1974 HASTA 1991 Sus primeras actividades literario-musicales las inicia en Leningrado, (hoy San Petersburgo) el año 1974. Junto a un conjunto juvenil de la Universidad Estatal de Leningrado, con cantos latinoamericanos. Sus poemas sólo comienzan a ser publicados el año 1976 en la revista América Latina en ruso, poemas dedicados a la lucha del pueblo chileno contra la dictadura. Publicados sus poemas en los diferentes medios de difusión, tales como Pravda deLeningrado, Sme-

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na, Rovestnik, revista literaria Neva, y otras publicaciones, Mujer Soviética (versión española), etc. El año 1977 es cofundadora de la Brigada de trabajo Voluntario Víctor Jara, creada en la Universidad de Finanzas y Economía, donde hizo sus estudios completos de economía y de candidato a doctor en ciencias económicas. Lo recaudado era enviado a los patriotas chilenos. Esta Brigada trabajó por Chile todo un decenio. En estas actividades su fuerte fue la canción. El año 1991 retorna a Chile con su familia. Su primera publicación ya en Chile fue en Antología de Poetas de la Legua el año 1993. Las actividades literarias las continúa en San Bernardo, cuando llega el año 1999 a trabajar en la Oficina Provincial de Vialidad de la Provincia del Maipo. Aquí comienza una nueva etapa en su vida, ya más adaptada a Chile. El año 2000 se traslada con toda su familia a San Bernardo. Esta ciudad aledaña a Santiago, la acoge con mucho cariño y se transforma en el escenario principal de todas sus actividades artístico-literarias. El año 2017 se traslada a vivir en su parcela en Paine, pero sigue con sus actividades literarias y artísticas en San Bernardo. Su próximo libro a publicar “Ella vive bajo mis pies”, obra dedicada a la naturaleza y madre tierra.

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Salas Vargas Nelly Raquel Salas Vargas, escritora, poeta, economista de profesión, multifacética y multidisciplinaria en su desarrollo personal y profesional. Presidenta del Centro Literario Ateneo San Bernardo desde el año 2002. Ese mismo año edita el Primer Anuario Literario de San Bernardo, con Fondos Concursables de la Municipalidad. El 2003 edita el segundo Anuario Literario “San Bernardo crea”, también con Fondos Concursables, en donde quedan publicados el noventa por ciento de los escritores y escritoras de San Bernardo. El año 2005, crea la revista literario-artística “Aurora Boreal”, siendo su directora y Representante Legal hasta nuestros días. Hace sus estudios superiores en la ciudad de San Petersburgo (ex Leningrado). Vive 18 años en esta ciudad junto a su esposo Alexandre. Profesional en la Dirección Regional de Vialidad del Ministerio de Obras Públicas. Destacándose en este Ministerio por sus actividades culturales: musicales y literarias. Al mismo tiempo, del año 2013 es directora de la revista técnica de los profesionales del MOP, “Obras Públicas”, publicada por la empresa EDIPUBLI E.I.R.L. Entre sus libros publicados están “Ingeniería Poética de Caminos” Ediciones Turísticas (2000) Chile Ltda.(galardonado en Premio Municipal de San Bernardo 2002) ; “Un Canto Renacido por Leningrado” (2003) (galardonado en Premio Municipal de San Bernardo de ese año ) Editorial Tiempo Nuevo; “Entre dos Mundos” (2006) Editorial La Cáfila ; “Mientras Regresan” a 100 años de la Masacre en la Escuela Santa María de Iquique (2007) Editorial Utopía, “Notas Musicales” (2009) de Ediciones Cartonera “Libros de Violeta”; “Paloma Ensan78

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El tiempo avanzó, terminé la escuela digital y mi entrada a la universidad me contactó con estudiantes de todo el mundo que percibían la importancia de salir nuevamente a las calles. Participé de los grupos que exigían la libertad. La población había disminuido a menos de la mitad y los riesgos quedaban en el pasado. Después de un tiempo nos impusimos y la población mundial retomó su derecho a circular. Todo mutó otra vez. Los antiguos canales de televisión se llenaron de historias primero, con el material que había quedado en espera durante años y luego surgieron nuevos programas en vivo. Se inició la reconstrucción de espacios públicos y los gobernantes de antaño comenzaron a hablar de la normalización económica, su importancia y del futuro. Hubo un nuevo boom de nacimientos y el planeta se pobló casi en su totalidad. Fue una buena época y, por un tiempo, no me arrepentí de haber participado en su recuperación. Más tarde, cuando comprendí que la amenaza éramos nosotros, ya era tarde para promover la vuelta atrás. No sé cuántos más hay afuera, pero aquí sólo quedo yo. 35


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LOOP Acababa de cerrar la puerta cuando, al mirarse las manos, recordó que no llevaba guantes. ¡Mierda! ¡Otra vez no!, se dijo y descolgándose la mochila del hombro izquierdo, la dejó en los escalones de la entrada, abrió cierres y comenzó a buscar las llaves. No estaban en el bolsillo habitual, tampoco en el de las monedas, menos en el pequeño compartimento externo. Revolvió los libros, tanteó el estuche con maquillaje, la bolsa de toallas higiénicas. Nada. Decidió sacar todo el contenido. Estaba segura de haberlas puesto dentro. Comenzaba a llover. Después de revisar las divisiones de la mochila y asegurarse de que no quedaba nada dentro, optó por devolver todo al interior. Era una estupidez, pero no podía salir sin guantes. Llamaría a su novia para que le llevara la copia de llaves que tenía en su poder. Buscó el celular y no lo encontró. Repitió la operación anterior. No obtuvo llaves, ni teléfono. Empapada, a punto de echarse a llorar, recordó que se había equivocado de mochila. Suspiró aliviada y metió la cabeza dentro, ingresando al portal para volver a casa media hora antes de salir. Acababa de cerrar la puerta cuando, al mirarse las manos, recordó los guantes.

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el viento, embestí la pira con la testa, me toqué la cabeza por si me había dañado y noté que me crecían dos protuberancias que la hacían más fuerte, tantas veces arremetí que caí abruptamente al suelo, exhausto, mirando hacia arriba, pendían copos de la nevisca que en seguida se deslizaban por mi rostro. Al día siguiente desperté, sepultado en cristales de nieve –sabía que era otro día no por un haz de sol; sino por mi intuición– me levanté, encogido por el frío. Examinaba fuera de mí una respuesta, que tendría al analizar aquel desestatismo colectivo y acelerado en que vivíamos, aquel que llamamos progreso y que solamente producía desequilibrio en la capa de ozono. Nuestro agónico mantillo se remecía, protegiéndose de genes nuevos y externos que venían a prolongarnos. Tremere. Y cada placa en movimiento temblaba y rilaba cada partícula nuestra. Parado en el risco, veía como caían rocas con el temblor. Ecuánime. Observé mis pies, tenía patas de macho cabrío. No me molestó –puedo escalar mejor – meditaba y rumiabaa. Esto me alentó a seguir mi búsqueda circular. Cabriolando subía, sabiendo que abajo la tierra se resolvía contra cada creatura suya hasta volverla un estiércol color ocre, podía oler el hedor ardiente –percibía olores nuevos como el de mi celo o el de la hierba mojada– y podía sentir los gemidos de algún espécimen evolutivo. No era un exterminio; más bien se trataba de un dictamen colectivo. Sí,

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porque el Homo sapiens sentenció que utilizando los avances científicos podía superar todos sus déficits y, llegar al cenit del proceso. Desde ahí, casi en la cima de la cordillera podía ver el polvo suspendido. Tal vez estábamos estabilizados. Corría cada vez más rápido –para no perpetuarme con aquella especie abandonada– como Fauno subía en forma circular hacia la cumbre blanca... blanca... Antes de entrar en aquella clara sala, debíamos quedar libres de gérmenes y colocarnos unos trajes antisépticos. Así podríamos ser parte del gran descubrimiento del Siglo. Necesitaban no solo de mi experiencia de observador para lograr un avance en la clonación humana; sino también de mi cuerpo para experimentar. Ahora, soy un ser híbrido; no me siento una abeerración porque voy en busca de la Arcadia que, aunque lejana, me espera.

* Mención Especial en Certamen Letras Argentinas de Hoy 2005, cuento “Hacia la Arcadia”. Publicación en Antología II Letras Argentinas de Hoy 2005, Buenos Aires: Editorial De Los Cuatro Vientos (ISBN 987-564356-4) * Pertenece al libro Ficciones detrás del espejo, Primer Lugar en Premio Fondo Editorial Manuel Concha, Ilustre Municipalidad de La Serena (75 páginas, 500 ejemplares, R.P.I. 206.449, ISBN 978-956-9148-01-9) 77


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vida fuera de este planeta – ¿existente desde cuándo? –. Peregrino en mi terruño me sentía. Ya no podía seguir en vehículo; los montes me cerraban el viaje. – Buscaré refugio hasta que termine la tormenta y seguiré mi rumbo a pie, ese es mi destino –me decía a mí mismo. Vi un resplandor a lo lejos y me dirigí hacia él. Pero este se alejaba cada vez que me acercaba. Y tarde, mal y en vano, seguía caminando. Aunque trataba de seguir la ruta que me indicaba aquel faro, el roquerío que me rodeaba y la tempestad desconocían mis huellas. Comencé a correr y me detuve agitado, con la respiración entrecortada por esos molestos silbidos nasales que empezaban a ser más constantes, como si necesitara balitar a los cuatro vientos lo que sentía. Sabía que allá abajo la tierra se defendía del progreso. Aquellas primeras apariciones de una posible manifestación de crecimiento, desarrollo o reproducción en el exterior de ella; hicieron que el benefactor de los animales saciara su incertidumbre. Después que terminó la guerra, me seleccionaron y conforme con años de prueba, era el elegido junto a otros dos compañeros para viajar a la luna. La posibilidad de encontrar vestigios de actividad orgánica aparte de la infinidad viviente de nuestro sólido territorio –esa probabilidad ha existido desde que Andrómeda o Messier hicieran patente que no éramos la única nebulosa o galaxia en el 76

Universo– quizá aquella incertidumbre embargó al común de los mortales, a partir de que Schuwarzschild o Hawking teorizaran “los agujeros de gusano” (la verdad desde siempre), acaso pensando en lo que sucedería –si destruimos esta, viviremos en aquel cuerpo celeste– claro está, solo los escogidos. Prontamente, los científicos han investigado la forma de conocer la genética humana que les permitiera crear un ente puro, conservando y protegiendo este espécimen; pretexto para acreditar – en el más remoto de los supuestos– que era el más inteligente. Buscaba un alienígena que me dijera cómo preservar la “aparente especie”. Suspendido en el espacio, sin gravitaciones, indagaba incesante. Me hubiera quedado allá de no ser porque debía cumplir una misión internacional. Y lo encontré, era un ser enjuto por el hambre, con ojeras por el cansancio, que me atisbaba con desprecio por el vidrio del casco que, en la absoluta oscuridad, se volvía un espejo. Sin embargo; volví con las muestras de la probabilidad; posibilidades siempre hay y ¿por qué no?, si están en todas partes.

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ASCENSOR Y PLUMAS No he podido escribir. Desperté de madrugada a raíz de un fuerte aroma a flor de la pluma que llegó a golpear mi nariz. Intenté seguir durmiendo, pero la curiosidad era fuerte. Necesitaba saber de dónde provenía. Recorrí el departamento en busca de flores olvidadas, muertos recientes o regalos inesperados. Al comprobar que ninguna de mis sospechas era la causa de la fragancia, cerré los ojos y afiné el olfato. Terminé frente al ascensor. Cuando la tentación por mirar dentro se hizo irresistible, apreté el botón de subida. La puerta se abrió y no tuve dudas, el perfume salía de ahí. Toda mi infancia se presentó en ese momento. Vi la enredadera que había estado describiendo el día anterior en mi novela, acaricié los pétalos violetas y olí su esencia. Subí al columpio de plástico verde, tomé la bicicleta y di siete vueltas a la manzana. Al regreso busqué un libro de Enid Blyton y leí de bruces en el césped. A media mañana recordé que tenía trabajo por hacer, pero la flor de la pluma se negó a dejarme salir del ascensor hasta la noche. Ahora no sé si somos nosotros los que atrapamos los recuerdos o viceversa.

ALERTA El mundo entero había recibido la información. Fuimos los últimos en tomar medidas contra el mayor flagelo del siglo. Un tercio de la población era ciega y otro sordo. Hoy quedamos dos personas. Yo escribo.

Este trozo de roca que se desprendió de la tierra, hija de poetas y profetas, no me aconsejaba ni guiaba como otras veces. Oculta la luna, también se defendía de nosotros. Era otro destello el que perseguía y con un Hacha iba surcando el camino oscuro, pero la niebla no me permitía avanzar y el viento torrentoso arreciaba vigoroso. De pronto, ágil como 37


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HACIA LA ARCADIA Curioso este deseo de recuperar el tiempo pasado, pensaba –hace un tiempo solo meditaba, ya no hablaba, un silbido nasal aparecía, entre palabra y palabra, y no me atrevía a pronunciar nada–, entretanto conducía por la sima de la cordillera hacia arriba, por un angosto pasadizo. Lo cierto: no era un intento científico; sino más bien una pregunta intuitiva e intrigante que me surgía desde hace algún tiempo, acerca de si la humanidad –mamíferos que se han diferenciado de los demás primates por tener pies y manos bien diferenciados– fue siempre igual.

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En tanto la naturaleza apenas daba muestras de su descontento, empezaba a llover y sabía que cada gota podía ser fruto de nuestra irracionalidad. En qué momento despertó la tierra, nuestra casa. Cuando dejó de sentir aquella atracción con la energía solar, dejó también de ser sustanciosa; simplemente por falta de energías calóricas; en ese momento, tal vez, comenzó a alimentarse de descargas histéricas y sentimentales de animales y seres que obraron como autómatas –dijeron llamarse humanos, pero en realidad fueron mediadores o mediatores entre el bien y el mal– y así, dieron inicio a su evolución hacia la adquisición de poder. Entonces se desataron grandes epidemias imperialistas, (Quién iba a imaginar que descubrimientos que vieron luz solo por una benéfica finalidad se desatarían en contra de los antropoides, con cráneo volumi-

noso, gran desarrollo mental y facultad de hablar. ¿Sabrían los esposos Curie que el polonio o la radiación –que tanto bien haría para combatir el cáncer–, serían la fuente de energía nuclear y de la bomba atómica o, en qué manos pararían?) Bajo un puente consumado en lágrimas. Suenan sirenas en el aire y como joven voluntario con solo un ideal en la mente, por la raza inmejorable y la poli-religión, me levanté lidiando con posturas xenófobas. En nombre de Dios, peleé en la cruenta guerra y aprisa apreté el detonador. Veinte, diez, miles de imágenes me asaltaban. Niños llorando, mujeres usurpadas por sus amantes, mis ojos nublados, desorbitados por los gases. Y fui quedando ciego bajo el holocausto; luego, lejana, vislumbraba la luz que alimentaba mi espíritu. Llovía torrencialmente, llevaba la calefacción encendida para que no se empañara el vidrio y me quité el gabán. De tiempo en tiempo, miraba mi rostro en el retrovisor; desde algunos días que –extrañamente– mis cabellos se habían emblanquecido y mi barba crecía blanquecina. Ya iba en la segunda galería subiendo hacia la sierra y la inquietud me carcomía el alma. ¿En qué momento el género humano comenzó a evolucionar para mostrarnos la fuerza del progreso?, ¿cuál sería mi siguiente misión? Iría a Egipto a buscar un nuevo hallazgo, un aerolito que despertara la polémica de la potencial 75


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YO NO SABIA AMAR (A Leonor)

Cuando vi tus pequeños ojos el amor se me escapo por la boca se refugió en tu nombre. Ya no me pertenezco ya no soy para mi

Hernández Vergara Lilia Hernández Vergara (Santiago, 1971) Licenciada en Educación y Profesora de Castellano en Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación. Ha cursado estudios de Psicología en Centro de la UNED en Buenos Aires; Pintura al Óleo en Centro Cultural de Curicó; Pintura en Acrílico en Santiago; Terapeuta de Chi Kung en La Serena. Publicaciones: La Carta Póstuma. Ensayo sobre las voces chilenas del suicidio, Dunken, Buenos Aires, 2008. [Distinción de Sociedad Argentina De Escritores de San Juan. REPORTE DE INVESTIGACIÓN en 1° Jornadas Latinoamericanas sobre Prácticas del Conocimiento, Universidad Nacional de la Patagonia Austral, Caleta Olivia, Argentina] Ficciones detrás del espejo, Ilustre Municipalidad de La Serena, 2011. [Primer Lugar en Premio Fondo Editorial Manuel Concha 2010, Género Cuento. Distribución por E-booksPatagonia y Biblioteca Digital de Chile]. Kathartes. El cóndor que soñó con encontrarse a sí mismo, Editorial Forja, Santiago, 2012. [Declarado de interés en educación]. Las doce agujas del reloj, Autoedición, Santiago, 2016. [Primer Lugar en 23° Premio Municipal de Literatura de San Bernardo, Género Cuento, Obra Editada]. Entre rieles, Caligrama Penguin Random House, España, 2018. 74

Yo no sabía amar hasta que te vi tan mía tan tuya tan prestada yo te siento tan apropiada te contemplo y repito yo no sabía amar. Ahora me burlo de cuantas veces pensé haber estado enamorada todo era fantasía pues ahora que te cargo y balanceo sobre mi repito una y mil veces yo no sabía amar Tú me regalas una sonrisa torpe de lactante yo con mis pezones agrietados te alimento mientras el dolor me invade. Lloro de felicidad y miedo ahora que te cargo repito una y mil veces yo no sabía amar hasta que te vi vida mía tu eres mi cielo el amor de mi vida mi más bella cicatriz. 39


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MAMI, MAMITA Dime como calmo a la infanta berrinchuda que grita, llora y patalea me desespera dentro de mí. Como la hago dormir a esta niña que juega a las escondidas con la mujer que soy. Mami, mamita. Que le doy de comer si ella solo quiere pollo con papas fritas. Como la obligo a caminar si ella solo quiere estar tirada en el suelo gatear, arrastrarse escribir poemas e imaginar un príncipe, Si mamita sé que la poesía esconde oscuridad que la cabra chica no existe y la madre soy yo.

En el último mes los he visto más, he notado matices y hábitos que no había percibido, antes yo llegaba tarde y ellos conectados a sus equipos en realidad no estaban en casa, ahora hemos tenido que hablar. La reja se cerró de nuevo el día en que mi madre me fue a entregar, en una poca bolsa venía mi escueto pasado y luego de una conversación con los abuelos partió. Mis padres se habían separado, un raro experimento entre un joven profesional de buena familia que decide ser revolucionario y una joven de clase obrera que decide ser arribista, el revolucionario me dio un beso en la frente y partió tras su causa, mi madre me dejo con los abuelos e inició su vida sola. El temor a que yo fuera en algo parecida a mis padres cerró también los postillos de las ventanas y corrió los visillos a perpetuidad. Son ya las dos, lavada la loza, luce impecable. Tomó un tazón de café y me preparo a escribir un informe, lo esperan para hoy, torrentes de adjetivos, sustantivos, ilativos, conectores, una catarata que concluye, cuando el correo parte para que alguien a su vez en su casa empiece a decorticarlo y pasar su tarde en ese pedregoso texto. El ropero estaba cerrado hacía años, al abrirlo los libros resbalaron por decenas y sentí que había encontrado un tesoro, olvidados desde la época de universidad de mi madre, ese fue el golpe de suerte de mi infancia. Ha terminado la jornada, me desconecto de la plataforma de mi oficina, voy a mi pieza, ahora abro mi ropero y ahí están los libros, mis libros, y como entonces en la escalera de los abuelos me siento en el piso y me pongo a leer, está probado, así cruce rejas y puertas de niña, ahora cruzo a espacios inmunes y distintos, mundos en que los protagonistas tienen otras preocupaciones que una pandemia mortal.

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CUANDO ESTO ACABE Son las once y media, he escrito largos correos, he estado en reuniones virtuales en que todos lucen tranquilos y hablando de planes y metas como si no hubiera pandemia, sigo el juego, es lo que se espera, de soslayo miro la punta de mi pantufla que luce ya sucia e imagino los pies de los demás, sonrió.

La psicosis de contagiar habrá llegado al tope nunca más se podrá escribir en cualquier parte o papel. todo deberá estar desinfectado con la mezcla perfecta agua y un poco cloro.

Cuando mi madre se casó a escondidas y dejo la casa, se produjo el primer cierre de la reja, mis abuelos cayeron en silencio, los muebles perdieron sentido, el día a día se lleno de cosas que no se usarían más.

No dejaré de lavarme las manos me mantendré a un metro de distancia de todo aquel que me rodee y sobre todo me cubriré la sonrisa con un en fin de mascarillas

La vergüenza, la pena, llenó los espacios y nunca más hablaron con los vecinos. Habían hecho todo para que pudiera estudiar, para que tuviera esa salida que ellos no habían tenido, el conocimiento, la profesión, ante esos ojos obreros era el escape a pesares de los que nunca hablaban. Pero para su hija en ese mundo nuevo no encajaban sus padres y al mirarse en el espejo descubrió que podría con cuidado pasar como otra más, o al menos eso creía. Estoy en el computador, casi termina mi jornada de la mañana, mando unos archivos y me levantó a la cocina. Comienzo a picar la cebolla, mis hijos están comenzando a despertar y se asoman a verme, yo pico con destreza, en un momento veo en las mías las manos de la abuela, morenas, venosas, ágiles, manos que convertían todo en cálidos alimentos, preparo la paila, todo se vuelve un ir y venir por la cocina, tengo poco rato antes que deba de nuevo sentarme al computador y dejar de ser mi abuela. Los niños comen animados, es el momento del día que compartimos, ese que da la idea que nada pasa, el rito del almuerzo puede exorcizar por un rato el mal que flota en la calle.

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Te juro cariñito mío que cuando esta locura acabe los cafés, ya no serán en localcito de la esquina sino on line. Es que vida mía estamos aterrados. Sin embargo debo reconocer que hay algo que no cambiara serán estas ansias locas que tengo de escribir en tu cuerpo rimar, tus ojos con los míos conjugar tu lengua en todos los tiempos posibles crear cacofonías al compás de nuestras pieles hay cariño mío este virus del apocalipsis me podrá alejar de todos limitar de todo enfermar de todos pero yo prefiero contagiarme en tus brazos morir en el dulzor de tu boca que, esta apatía de sentirte tan lejos. Cuando el caos pase. te juro que todo será distinto menos este sentimiento podrán pasar las plagas de Egipto pero esta cosa llamada amor seguirá acá a mi lado esperando por ti.

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ME HE ENAMORADO DE UNA MUJER Yo la etéreo, normalizada he caído rendida ante su mirada en su boca, tan cálida como la mía en su piel tostada, en su risa de rio. Es que yo a mis treinta y tantos me he enamorado con culpa, de una mujer, cuestionándome cuanto la quiero. Tocar sus labios humedecerlos con lágrimas de alegría es que no, solo me he enamorado de una mujer si no, que me he enamorado de muchas de todas a su vez. Me declaro amante de esas que se levantan al tic tac de un reloj matutino de las que tienen brazos de pulpos de las que sonríen con los ojos y besan con las manos. Estoy locamente enamorada de no callan De las que gritan más allá de su voz de esas, que sanan con un beso de las que se niegan a parir hijos es amo a las mujeres de pezones rotos amo a las de manos ásperas las amo a todas a todas por igual. Ser mujer en tiempo de hombría es carencia de amor es carencia de igual es carencia de genero Me he enamorado de una mujer No, solo de una Si no, de todas a su vez.

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La escalera era un espacio poco concurrido por mis abuelos, cada uno ocupado con sus tareas, así se volvía un punto privado donde llorar. El sentimiento, el llanto, era un acto reflejo, algo que no obedecía a una larga reflexión, no era el momento culmine de la toma de conciencia de mi situación, simplemente era. Luego, meticulosa, secaba las manchas en la madera, tomaba la escoba y comenzaba a hacer el aseo de la cocina. Ya son cerca de las ocho y media, mis hijos duermen, durante la cuarentena no tienen nada que hacer. Yo en cambio ya me he conectado al computador y con eso a mi vida, en minutos otros como yo van a buscar alivio en su teletrabajo, una sensación de que los temas que ahí se discuten son aún relevantes, y que ellos y yo no estamos amenazados de muerte. La casa de mis abuelos tenía un diminuto antejardín, unos rosales y a veces unos pensamientos que luchaban con el sol y el polvo de cemento que volaba de la fábrica de tubos de enfrente. Todos aspirábamos ese polvo, la casa, los muebles, las plantas y nadie lo cuestionaba, solo pasábamos el paño por todo varias veces al día. La reja del antejardín estaba cerrada. No parece importante, pero lo era, eso marcaba una decisión de mis abuelos de no salir y de no dejar a nadie entrar, justo como ahora, una especie de cuarentena personal ante la vida, así año tras año, la reja solo se abría para escasos trayectos. El almacén de la vuelta, la carnicería, la feria, y mi colegio. Hoy en esta parte de la ciudad los paquetes llegan sellados y en bolsas, los dejan en la conserjería del edificio, no veo al que se arriesga en el trayecto, al que toca todo y me da una ilusión de normalidad.

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REJAS Durante años tuve un adiestramiento eficiente para evadir la vida, hoy me sirve para no ver la muerte. Son las siete de la mañana, no suena el despertador, no es necesario, por el ventanal se ve la luz rojiza del amanecer tras la cordillera. Los edificios se van dibujando, algunos espacios vacíos, oficinas, comercios. En otros seguramente hay movimientos imperceptibles, otros seres humanos despertando. La rutina es fundamental, siempre lo fue.Recuerdo esas mañanas de infancia en que me levantaba para no ir a ningún lugar. Saltaba de la cama y empezaba las labores del día. La casa no era grande, pero a los cinco años lo parecía, una población de viviendas sociales de los años cuarenta, un lujo hoy, tres veces el tamaño de las que entregan, materiales de verdad. San Bernardo era aún un espacio rural en cierto modo, el patio alcanzaba para un parrón y lo mejor era salir ahí en la mañana y comenzar a barrer las hojas, observar los árboles llenos de rocío.

Mientras Mientras la garganta se aprieta conteniendo el llanto me vuelvo pequeñita se me estremece el cuerpo desde mis entrañas escucho una suplica me ruegan me imploran me exigen. Un amante. Tal cual un alguien que me ame como yo no lo he sabido hacer uno que me contenga en este instante recite poesías a media noche uno que me bese, como si de eso dependiera su vida que se ría con mis historias y, sobre todo un amante que me ame.

Luego comencé las minuciosas labores de aseo, desde que todo esto empezó han cobrado además nuevos significados, la diferencia entre contagio y enfermedad, entre vida y muerte puede estar detrás de una mopa con cloro.

Paralelamente tú, me gritas me mandas al siquiatra me bautizas de loca me dices enferma yo, solo lloro como si estas lagrimas fueran una ducha de realidad despertar del amor romántico para refugiarme en mi amante imaginario quiero sentir el morbo de una caricia el saludo de mi pezón vestirme con piel de pollo y que esta se derrita en boca de mi amado.

Desde niña los pisos me daban grandes satisfacciones, las tablas del piso de la casa eran delgadas y alargadas, seguramente sin pensarlo cada listón tenía un color distinto, natural.

Mientras tú me violentas yo me transformo en arcoíris me fugo con mi amante.

Eran épocas en que lo natural no era un lujo, sino simplemente lo que había, luego de terminar el primer piso iba por la escalera escalón por escalón sacando brillo.

Mientras me golpeas y dejas caer el holocausto de palabras sobre mi Yo, solo rio imaginándome en los brazos de mi amado.

Recuerdo la felicidad de mirar el cerezo en flor, las abejas afanadas en cada rama, las gruesas gotas de resina que brotaban de su tronco, al final las cerezas cada vez más rojas. Hoy me levanté y regué las plantas del balcón, examine sus hojas, espere a su lado que la luz hiciera visibles todos los rincones.

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UN AMANTE

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HORAS EXTRA HAMBRE El pelo grasoso condimenta la piel blanca La niñez de las urbes carente de paz y gloria anoréxicos de abrazos y besos caminan recolectando perritos guachos al igual que ellos el hambre entre varios deja de ser un cuento de terror plasmado en una ilusión

AMORCITO Descorcha las emociones que tengo unas copas de aperitivo nuestras pieles plato de fondo la lujuria de labios bajativo, unas psicofonías de “aquellas”. Tócame que te toco besa que te beso mírame que te miro sueña que te sueño. Amorcito nómbrame así aunque sea por un ratito.

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La alfombra era áspera, el roce hería su espalda. La mirada fija en el techo, en las luces, todo va a pasar rápido, pero parece eterno. Piensa en su familia, en su deber, se queda ahí inmóvil. Cada arremetida es más dolorosa que la anterior, siente que el corazón va a reventar. El hombre se mueve sobre ella, está en otro espacio, pero sobre ella. Sus gestos, sus jadeos son de otra historia, una en que lo que está pasando es normal. El olor del hombre le da asco, sobre todo el de su boca, cuando trata de darle algo que no es un beso, es un gesto animal. El hombre le hunde las uñas en la carne, le grita indignado por su inercia. Ella mira los muebles, las carpetas sobre la mesa, trata de no verlo. Se había quedado a trabajar hasta tarde, la oficina ya vacía y el dueño ahí. No hubo preámbulos, la tomó sin aviso, la amenaza fue clara, no había vuelta, en su casa nadie más tenía empleo, era eso o la calle. El hombre al fin termina la faena, se queda echado sobre su presa, ella no se mueve, no habla, la oficina se llena de un olor ácido. Cuando el hombre se levanta ella se encierra en el baño, el agua por los muslos, por el pecho, el agua helada, unas gotas de sangre se cuelan de la entrepierna, los ojos marchitos en el reflejo del espejo. No hay suficiente agua para lavar lo ocurrido. Se viste, la ropa medio destrozada por el forcejeo, se queda ahí inmóvil. El hombre la apura, hay que cerrar, actúa como si fuera otro día, como si nada hubiera pasado, salen a la calle, fuera todo sigue en su ritmo. Ella quiere gritar, pero no puede, él le da a entender que habrá otras veces. Él parte, ella por fin llora, comienza a temblar en la vereda, las piernas no le responden, no sabe cómo llegar así a su casa. Mira el teléfono, hay un mensaje de su madre, que pida un anticipo. Siente el bus que se acerca, cierra los ojos y se lanza a su paso.

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EL BESO El mar, las sonrisas, una caricia en el pelo de él y había valido la pena. En el celular entra un mensaje de la línea aérea, anticipan el vuelo de vuelta, así sin más en tres días, acepta, llena el formulario y vuelven a la ciudad, ahí ya la gente no es la misma. Esta vez el paraíso no es suficiente escudo, no hay blindaje. Comen en uno de los pocos lugares que siguen abiertos, ella mira sus ojos y sabe que la vida es hermosa, aún en medio de todo. Los vendedores pasan y los turistas ya no compran recuerdos, el miedo a no tener futuro. La última noche se sientan en un lugar frente a la playa, los dos sienten la presencia del otro, ella sabe qué hace años que no tendría vida sin él, simple y directo. Como una película que se rebobina vuelven al aeropuerto, esta vez está casi vacío, salvo por un grupo que protesta, porque no tiene vuelo para dejar el paraíso y volver a su país.

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Por primera vez ella ve el riesgo, más bien ve que para él no es justo quedar en el limbo, que él merece ver los capítulos siguientes y que para eso tienen que volver. El aeropuerto fantasma se los va tragando, llegan a una puerta de embarque en que se agolpan los únicos viajeros de ese día, pasan las horas y el vuelo se atrasa. A ella le parece que es tarde para pedirle perdón por llevarlo al borde de la nada. Llega un grupo grande de pilotos y azafatas, muchos más que los necesarios para ese vuelo, embarcan con ellos, van de pasajeros, el capitán saluda, informa que es el último vuelo que saldrá, ahí quedan como aves gigantes los aviones abandonados. Ellos se abrazan, se besan, ella llora y descubre que tiene ganas de seguir, de pasar por esto y seguir con él el resto de su vida, aunque eso no sabe cuánto será.

Mientras camino por las calles recuerdo el sabor carnes vivas copulando a través de la lengua la respiración jadeante declama cuanto se quiere reconocerte mío tan solo con el ardor de mis labios apretados por tus dientes. Un beso Tan prestado Tan dulce Tan propio. Si, ese que se produce cuando se coincide en un tintinear de sensaciones. frío Mientras mi cintura se engancha en tus brazos Calor cuando las bocas se separan. Todo en un solo oscuro húmedo y prohibido beso. ¿Cuánto cariño se puede guardar en un beso?

Quedan cuatro horas para llegar a Santiago y a lo que llaman realidad.

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HUIDA Tenía cáncer, lo sabía hacía una semana. No era que se diera por vencida, pero quería hacer una pausa, darse permiso para no ser racional, hacer justo lo que no debía.

Ortega Pérez ¿QUÉ HAS SENTIDO TÚ? Has llorado, te han dado vuelta la espalda, dejando cenicientos pedruscos teniendo que tatuar sol en tus, inviernos? Escribiendo cartas, oliendo a esperanza viendo ocultarse el sol entre fruslería, con aroma de jazmín a media noche y serenidad a lunas negras bailar entre estrellas, sonrientes? Has oído sonoridad, de ríos ulular a viento mensajero besar rocíos a anocheceres, esconderse en parpados, desvelados? Has oído rabias de la naturaleza viendo bosques arrasados; morir abejas, deshojar manantiales con pasividad e inconciencias? ¿El hambre, el graznido del dolor? sintiendo el crepitar del abandono y vejez en ojos de pobrezas descortés? ¿Alguna vez has, dejado de ser tú mirando mis ojos, sintiendo que te quise? ¿Qué has sentido tú? 46

Había puesto en la maleta ropa, que quizás después de ese viaje, no usaría más, era su viaje al fin del mundo, el de su propio mundo. En el taxi leyó al descuido la portada del diario que insinuaba la proximidad de la pandemia. Lo dejó y fijó su atención en la calle, los últimos meses habían dejado huella en los muros, una primera ola que había remecido la ciudad desde la movilización de la gente, la ola que venía era invisible, pero la sentía en la piel. El aeropuerto estaba medio vacío, el vuelo lo habían pasado a un avión más pequeño y sintió el miedo de siempre en el estómago. Sin embargo, no era momento de cobardías, se sentía como un animal que corre en sentido contrario en una estampida, y así y todo quería hacerlo. Él estaba ahí parado en el hall con su maleta, esa complicidad íntima en este momento de locura.

Mientras todos pasaban cubiertos con mascarillas se besaron como siempre. Ella sabía que era el último viaje. Se lo merecía, ni por buena ni por ningún mérito, solo porque quería seguir viva, viva a su manera hasta el final. Las turbulencias parecían eternas, él, cariñoso, trataba de calmarla, continuaron incluso cuando la ciudad ya se veía por la ventanilla. La gente caminaba relajada por el borde de la playa, salieron del hotel y se dirigieron al mar de inmediato, con esa urgencia que se había instalado en todo. Al caer la noche se quedaron ahí sentados, con la ilusión de que nada podía perturbarlos. Hacer el viaje era también hacer la romería habitual por lo lugares de rigor, pasaron ese primer día tomando fotos, sonriendo, jugando a la normalidad. Al atardecer como en cuento de hadas y brujas un vendedor les comento que cerrarían las playas al día siguiente. Había querido estar con él en algún lugar que tuviera aún aroma a vida, así al día siguiente fueron a una playa aislada. 67


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¿QUÉ APRENDEMOS?

Correa Paulina Correa es gestora cultural y escritora, trabaja el cuento, la poesía y teatro. Formó parte del taller literario de Pía Barros y publicó en las sucesivas versiones de la antología Basta contra la violencia contra la mujer y contra los niños. Escribió una obra de teatro, Princesa una historia de sangre para niñas tristes, que es montada en el teatro el Puente en una temporada. Participa en el taller del escritor y crítico Camilo Marks, también participó en el taller de la poeta 66

Carmen Berenguer y del narrador Jorge Calvo. Entre los años 2014 a 2020 organiza actividades literarias bajo el alero de la Sociedad de Escritores de Chile, especialmente lecturas, festivales y mesas redondas. Durante este último período publica sus libros de cuentos Signo de los tiempos, Gente en tránsito (ambos del año 2018), Historias de hombres demasiado comunes, Historias de locura urbana, Cuentos para familias Normales, Cuentos Incorrectos (2017), el libro de poesía Viaje marítimo para dos

Aprendemos, a construir muros laberintos, ilusoria aurora desdén, orbe abstracto pensamiento administrado. Mano salpicada, agotada voz atragantada, alarido y sordera malherida, mundo deleznable tierra desheredada. Agonías ojos secos, parajes mala memoria, universos insatisfechos. Obtienen goce, prestados y cenicientas monedas.

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VERSOS PARA VIRGINIA

Kuramil

Todo lo que tengo daría a cambio de tu paz. ¡Ello te indicaría que sí viviste.! Te pondría alas y volaría junto a tí por toda la llanura de tus años. Descansaríamos al atardecer desde, ese cerro, que me llevaste de niña y cantaríamos una plegaria al sol dando gracias por la vida. Tu vida será eterna en mi ser, en la de los otros, y los demás. Gracias por tu valentía de decir: Todo marchará bien. Me honra saber que te eligieron para parirme. Me dignifica ser tu hija. (Carmen Cares.) Poema impreso en mi libro la Conquistada.

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CUANTA VIDA PASÓ

Kuramil

Sacudiré la enagua del pasado ... para vestirla nuevamente sin despojos. Y me la quites ahora amor en el presente de tus ojos. La colgaré al sol para purificarla amor mío. Cuánta vida sin desvestir mis caminos. Cuantas tardes esperé pasaras con el viento. Donde me trajera ... la música de ese ayer nuestro tiempo. ¿Cuál torbellino ha llegado? Que me he soltado el pelo para atrapar los besos que el destino dejó diseminado.

Nº 23 - Diciembre 2020

CIMIENTO Fuimos una sola piel hoy somos silencio. Me pierdo en este bosque sin luna en los caminos sin señales para recordar la ruta. Voy desnuda, callada, tranquila buscando un claro para que descanses en mis huesos. Mis pasos huérfanos de tu risa van anidando el recuerdo de los días amarillos que construimos, sin conciencia del sol que un día habitamos. Hoy lo veo, no puedo volver a ese lugar quizás, ya no existe. Quiero escarbar la tierra con las uñas para hacer un cimiento, sobre el pondré un mañana libre de lo que no hice y no hiciste, te libero y me libero de todo lo que nos condujo a esta transparencia triste. Aunque no entiendas lo que digo, sé que necesitamos un tiempo nuevo. Busco en mis propios colores la brújula que me llevará a casa, a mi gato, mi huerta, mis tardes de verano descalza. También dejé un mapa para que no te pierdas, en esa parte de tu memoria que lleva mi nombre. MATILDE KURAMIL

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EVITERNO

Cronopio DICES: yo te amo luego de un par de puteadas tu boca asfixiada en licor el cigarrillo apagado en mi corazón. Dices: yo te extraño después de los vistos en WhatsApp de plantarme en el punto fijo en la esquina del bar de las llamadas desconocidas a tu celular. Dices: ¡quiero verte! cuando ya me he despedido cuando he logrado olvidar cuando pongo el maldito punto final. Dices: no quiero herirte, después de deshojar mis lagrimas mutilar mi cuerpo y lanzarlo al rio.

Él era locura, cuando me hablaba y me miraba así, como si el mundo se paralizara entre mis ojos y su boca; su locura era tomarme de las manos y sentir esa electricidad que se expandía a nuestro alrededor; locura cuando estábamos él y yo, unidos en un beso que gritaba pasión Él era pura luz, cuando su sonrisa iluminaba mi día y me perdía en el cielo de su voz; cuando besaba sus miedos y acariciaba su virtuoso corazón; luz cuando se metía en cada resquicio de oscuridad y lo iluminaba con su sola presencia. Era un etéreo fuego, cuando en cada incandescente roce hacia vibrar todos los rincones de mi piel; cuando sus caricias sanaban mi sensible corazón, y me perdía en el vaivén de nuestra agitada respiración; fuego cuando sus ojos danzarines se unían a mi mirada y nuestros cuerpos explotaban de necesidad. Y definitivamente era magia, ¡Oh, Si!, cuando sonreía florecían hasta las flores de invierno; su sonrisa era sin duda, de otra dimensión; magia cuando se acercaba y llenaba de color mi insípido mundo, era magia, sin lugar a dudas, la que le faltaba a mi corazón Era locura, luz, fuego y magia; cuando estaba conmigo y en su mundo y el mío éramos luna y sol, unidos en un eclipse de amor. Y aún en la inmensidad de las primaveras que ha pasado nuestro amor, seguimos siendo dos.

Ya no te amo. Ya no te extraño YA NO TE NECESITO. mientras me pierdo en el mar. 50

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OBSESIÓN Tu boca es la fruta prohibida de mi edén; tus ojos el sueño que siempre espere, y tu cuerpo mi pecado, mi perdición y mi fe. Te quiero para caminar juntos toda la vida, para ser tu único mundo y tu mi única constelación; no me dejes nunca, que después de mí no hay vida y después de ti no quiero vivir.

Jamás seré la chica perfecta aquella que te hace voltear la que roba tu atención. Jamás seré la chica perfecta la de las medidas perfectas 90-60-90 la que guarda un ángel en la mirada la que no maldice la que calla.

Piérdete en mi piel, víveme solo a mí; que en mis soles y en mis lunas te acariciare; ven y acércate a mi paraíso; pues mi infierno no querrás ver.

Jamás seré la chica perfecta.

Mira el fuego de mis ojos, no te despegues de él; desaparece todo a tu alrededor, yo quiero ser tu centro de atención.

No fui dotada de altura mucho menos de mesura soy la que grita y llora todo el tiempo.

El trato ya está pactado, tu mío y yo tuya; si he de caer, que sea contigo, pues si tengo que perder, tendrás que perder conmigo; no quiero ser tu punto medio, he de ser tu principio y tu final; si no soy yo quien toma tu mano, no querré que sea alguien más. Entre las cenizas de tu hoguera, yo te cuidare; mientras tu cuerpo arde entre mis manos, tus ojos de besos cubriré; no hay más cielos ni más infiernos, que mi piel pegada a la tuya; es ahí donde descansaré. Si te vas seré la gatita aruñando como fiera; la misma fiera ronroneando en tus oídos con miel. Quédate conmigo cariño mío, que sin ti moriré; quédate dormido en mi pecho que tus sueños velaré; con canciones de cuna meciéndote en mi piel.

La que no ama por miedo a herir-me la que oculta sus secretos para no herir-te. Jamás seré la chica perfecta. La que escribe estos versos sobre tu espalda para que no los leas. Soy aquella que no quieres pero que deseas. la perfectamente imperfecta la que teme estar sola. no me abandones no me dejes. ¡vete al diablo!

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Mis ojos estaban tan nublados que se anunciaba una gran tormenta, entonces las hojas comenzaron a caer los pájaros a emigrar sentí la vida acabar. Mis ojos estaban tan nublados de repente sentí tocar fondo la oscuridad se apropió de mi ser y me dejo ahí sin abrigo y sin amor. Se asoma una gran tormenta. salí y en vez de temer abrí mis brazos comprendí que la lluvia sanaría mi alma humedeciéndola haciéndola florecer. entonces mis ojos no eran lluvia. Sonreí el sol se acercó a mi ventana los rayos de luz borraron el miedo me abrace me amé y volví a renacer.

¿Dónde está la inocente Eva de mi edén?, ¿Qué fue del paraíso que nos profesamos en un altar de algodón?; más me quitaron alas que una vez tuve, me arrastré por el oscuro sendero del olvido, cuya traición quebró una vida que creí tener. En el encuentro con el infierno que abrazó mis miedos para alimentarse de él, me vi en el reflejo de un antes y un después; no era yo, era el despojo de una mala decisión, la tumba de un vagabundo sediento de reinvención. Y ahí estaba yo, más nunca perdí la fe; me abrí paso entre los demonios, que afilaban sus colmillos en mi cuello; solté la soga que amenazaba mi respiración, volé como el fénix lejos del pantano; me aferré a la vida, me refugié en el amor de Dios. Cuando más perdido estaba, cuándo estaba al borde del fango abrí mis alas y escapé; hoy estoy aquí, las heridas transformadas en cicatrices, el dolor siendo sólo parte de mi historia; rodeado de paz, de amor, de fe. Hoy me vuelvo a amar, hoy creo en mí.

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Royo Lira BOSQUE SUREÑO

Castro Romero REDENCION

(Para Francisco Silva)

Mil tambores anunciaron tu partida; pero mis oídos solo escuchaban el silencioso Sonsonate de tu voz; ¡Oh Dios! estaba tan ciego que ni los colores del engaño vi, solo la estocada final sentí; mientras que en mi cuerpo yacía con más de una navaja dibujada en las profundidades de mi sangre; agonizante dolor por el cual el norte perdí. Las tinieblas rozaron mis pies, cuando me perdí en el abismo de una traición, de un dolor; y caí, en el oscuro infierno de un adiós, perdí la esperanza, dejé de creer; me hundí, creí morir. Los demonios hicieron su aparición, en el oscuro abismo en el que cedí, clavando dagas en el corazón; en medio de la oscuridad la vi, Lilith fue mi perdición

Inesperadamente el libro cae y se abre a mis pies. Por un segundo lo relaciono con algún ratón y sus intenciones de asustarme, pero no, me mantengo en calma. Al parecer cayó desde la estantería en forma casual, aunque mi bisabuela insistía en que no existen las casualidades. Por la calle pasa el camión de la basura, unos niños corren, gritan, el perro vecino ladra y alguien lo calla. Después un silencio perdido en las sombras que comienzan a teñir de gris la tarde. Estoy sola en casa, la caída del volumen es para mí sinónimo de curiosidad. Cómo no si se abrió en la última página del cuento “Soledad de la Sangre” de Marta Brunet. Lo he leído varias veces, la primera lectura obligatoria en el liceo. En cada oportunidad un nuevo detalle me hace querer saber más sobre la escritora, en especial cómo a través de su escritura puso en relieve los conflictos de la mujer en una sociedad marcada por el patriarcado. Es el final de la historia lo que tengo ante mis ojos: la protagonista, herida, destrozado su espíritu, huye al bosque. Yace sobre la tierra en total desconsuelo… Este hecho siempre me produjo resquemor, sentía intenciones de ayudarla, ganas de ordenarle: “Levántate mujer y vete. Abandona todo. Abraza la libertad que mereces”. Pero es un imposible ¿o no? ¿Es posible intervenir en el cuento? ¿Entrar en él? Por ahí dicen que tengo algo de bruja, la bisabuela fue criada por una mujer de la etnia kawéskar, ambas me transmitieron. secretos. Cierro los ojos, respiro profundo. Me relajo.

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Entro en lo oscuro del bosque. El viento helado de la noche se me ha incrustado en la piel y despeinó mis cabellos. Una ráfaga levanta el ruedo de la falda, pero no me detiene. En lo alto un búho ulula. Escucho el crujir de hojas como si un cuerpo pesado se moviera en rededor, aún así avanzo decidida. Debo hallar a la mujer. Es un deber que arrastro desde hace mucho, cuando arrimada a la chimenea en la casona de mis padres leía el cuento una y otra vez, identificándome con la protagonista. Hacía poco me había separado de mi marido. El perro, que acompañó a la protagonista en su huida, se levanta y gruñe al verme, no le hago caso. Me acerco a ella. En cuclillas le hablo, trato de identificarme con su impotencia, hacer mía la rabia de la destrucción del fonógrafo, único objeto que le proporcionaba unos minutos de libertad, de gozo en la vana existencia dedicada al servicio de otro, la privacidad de su mundo interior profanado. “También a mí, digo acariciando sus cabellos, pretendieron despojarme de lo mío. Tuve que ser fuerte, hacerme de un cuarto propio y encerrarme a escribir mientras los otros dormían”. “Pierdes el tiempo, refunfuñaba mi marido despreciativo, ¿crees que alguien leerá eso que escribes?” “La mañana en que finalmente se fue, recogí los pedazos de mi autoestima y aunando fuerzas comencé a crecer”.

Ortiz

Pero la mujer no reacciona, continúa cabeza gacha hipando. Intenta retener la sangre que le corre por el cuello y empapa su blusa. “Vamos, insisto. Independízate. No lo necesitas ¡Déjalo! Vive de tus tejidos, haz tu vida sin él”. El perro me olfatea, lengüetea mis manos. Lo siento, murmura ella mirándome por primera vez. Me despreciarían todos, incluso mis padres, si abandono el hogar. Además, quién le plancharía las camisas, no tendría un plato de comida caliente al volver del campo. Es un trabajo muy agotador el suyo ¿sabe? A su modo, me quiere. Se levanta. Sacude la falda y con su blusa hecha jirones cubre parte de su pecho. Luego, coge del collar al animal y juntos emprenden el regreso a casa. No gira a mirarme. Oscurece, permanezco en la pequeña biblioteca familiar por largo rato. La protagonista del cuento está para siempre plasmada en su papel de mujer sumisa, como en los tiempos de nuestras bisabuelas. Hoy es distinto. La fuerza y un coraje del que ellas carecían nos hacen valorarnos en nuestra integridad. 54

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No niego que ya no lloro cuando hablo de vos delante de los demás, pero en principio, me dolías tanto, como nunca imaginé que podías dolerme. Mato mis días con trabajo, mucho trabajo. Mi infierno se enciende cada tarde al llegar a casa, sola. Volvió el insomnio, repaso nuestra historia en imágenes que veo pasar cuando miro al techo y mientras involuntariamente van cayendo mis lágrimas, sigo deseando que llegue el tiempo donde pueda controlarlas, mientras debo dejar que mi cuerpo y mi corazón sanen. Sigo desempacando, no tengo prisa por acomodar las cosas, digo que intentaré dibujar de nuevo, o empezaré a leer los libros que me compré, pero que nunca los inicié. Digo que haré ejercicio, que saldré a caminar como antes, trataré de salir más, hacer nuevos amigos, tratar de cambiar de aire, digo que me daré una oportunidad, pero yo sé es que un trabajo de todos los días, que casi no termine haciendo ninguna de esas cosas, pero intentaré. Volviste a tu casa, con tu ex, y me bloqueaste, bloqueaste en un click nuestros siete años de historia. Y retomaste tu historia con ella en el capítulo donde había quedado. Mi cabeza por momentos está confundida, fue tan rápida nuestra despedida, solamente ayer estábamos cenando, hoy ya ni hablamos. Sé que me esperan varias noches sin poder dormir, queriendo cambiar mi presente, se que poco a poco dejaré de llorar. Un día cualquiera se me escapará un suspiro, y me diré la vida continua, ahora mismo trato de reconquistarme, trato de darle alivio a mi alma, para que no se sienta sola. En un futuro sin darme cuenta, ya no estarás en mi cabeza.

En este presente debo tomar coraje, y seguir, seguir hacia adelante, sonreír por todo lo que viví contigo, no puedo bloquearte de mi vida, porque al fin al cabo formas parte de ella. ¿Sanaré mis heridas, aprendiendo a amarme en primer lugar, y si mi destino así lo quiere, porque no también volviendo a amar a otra persona? No tengo la respuesta, pero espero que amigo el tiempo, sepa sorprenderme. 59


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Escobar YA NUNCA MÁS

CARTA 1

Ortiz

A veces pienso: ¿por qué no aguanté un poco más?, por qué no callé y traté de olvidar. Porque si sabía el precio que pagaría, lo hubiese pensado un millón de veces. Hay momentos que pienso que saldremos a comer hamburguesas, sin papas porque preferimos los aros de cebolla. O que a lo mejor iremos al bar que queda cerca de donde vivíamos, yo voy a pedir lo de siempre, vos algo menos amargo. Quizás iremos a la pizzería de los italianos, el último sabor que probamos nos gustó tanto que pedimos más para llevar. Tal vez nos quedemos en casa para ver una película, de esas raras, pero al fin y al cabo juntos, abrazados…. Yo voy a desear que no se acabe ese día o más bien ese momento, porque si se acaba tendré que pensar en mañana, y, mañana significa diez o más horas sin vos, sin verte… Diez horas, qué locura, antes me separaban diez horas de poder estar a tu lado. Van tres meses de nuestra separación, sin verte, sin abrazarte, sin hablarte, sin jugar con tu barba con tu ombligo. De haber sabido que, si hubiese domado a mis demonios y soportado mi infierno, haría que aún estés acá, quizás hubiese resistido todo, por quererte.

Hoy es el tiempo y el minuto nuestro Abramos senda para las que vienen y vendrán. Cerremos el capítulo de absurdas cobardías, generemos un suelo que traspase el cemento. Gritemos fuerte, sin temor, sin miedo: ¡Qué somos vida, que no somos muerte! Que somos el principio, pero nunca el final. No fuimos inventadas, fuimos hechas por la ley de la vida que abona y fortalece. Nuestra savia vigente es sangre que circula caliente en las arterias y corre como río hacia el caudal humano. Que se escuchen las voces llenando los espacios vacíos del silencio: ¡Ya nunca más! ¡Mas nunca!

Cuando te fuiste se rompió algo en mí, trato de entender qué es, sigo buscando descubrir qué te llevaste, yo solamente tengo un vacío. 58

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ELLA

EL GRITO

Por qué cubres de oscuridad mis noches con tu manto de estrellas que se apagan bajo el gélido soplido de tu aliento? Los perros se cansan de gruñir y de ladrarte y se esconden asustados, al ver que no te vas. Mas yo sé quién eres, algunas veces te he visto observarme con la mirada fija en mi tristeza cuando, como hipnotizada, simulo que duermo. Tratas de besarme, pero sospecho tus intenciones y me levanto a beberme el rocío de la mañana. Yo sé que eres tú, amada, queriendo seducirme con los canticos gregorianos de tu cítara plateada. Todavía no, te digo, muerte mía, ¡todavía no!

Hay hombres que practican la violencia como ejercicio diario de rutina. Que agreden, que rebajan, que desmedran y con un beso en la mejilla te eliminan. Hay hombres celópatas, sin freno, que seducen, que atrapan, que lastiman. Son aquellos que se saben poca cosa, que abusando de su fuerza te eliminan. A ese tipo de hombres les decimos: “Nueva conciencia empieza a renacer”. ¡Nunca más la violencia ni el silencio es la consigna en Grito de Mujer!

INTERPELACIÓN Si no sabes lo que es, no sabes nada. Un caminar sin rumbo y sin sentido … Lo puedes ver si miras a lo alto en cada estrella fulgente de la noche, en la luna y el mar que son testigos de la eterna canción de las ballenas. Esta allí en la sincronía de las aves que vuelan los espacios infinitos, está en el árbol que te da sus frutos; en el pan que madruga en los hogares y en el rostro curtido del minero. Si miras más allá del horizonte al sol rojizo en la curva de la tarde, verás que está reflejado en la pupila del cielo maquillado de colores. Todo tiene un porque y si no lo sabes apaga el artificio de la luz y, a oscuras, enciende las luciérnagas del alma. 56

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